Newell's tuvo personalidad y obtuvo un buen empate en la Bombonera

Newell´s no ganó en la Bombonera como soñaban los más optimistas pero jugó un buen partido y empató 1-1 después de ir en desvantaja con un gol ilegítimo del local. El punto vale, es cierto, pero mucho más la solidez y la ambición que mostró el equipo de Roberto Sensini.

Ya en el primer tiempo, la Lepra empezó haciendo bien las cosas y hasta hizo méritos para irse a los vestuarios con una ventaja mínima.

A los 8 Sánchez Prette sacó una buena media vuelta que el Pato Abbondanzieri dejó pasar y terminó dando en el palo. Fue la primera clara pero después tuvo otras dos: un tiro de lejos de Vangioni a los 32 que casi se le mete por arriba al arquero xeneize y a los pocos segundos otra vez la incoporación rojinegra del mediocampo hacia arriba llegó con riesgo, con un centro que peinó y pasó muy cerca.

Boca no fue profundo y recién en los minutos finales llevó riesgo con un cabezazo cruzado de Viatri.

En el complemento, el rojinegro mantuvo su personalidad. Lo hizo a pesar de que a los 11 minutos Marino estiró el brazo en el área y con éste bajó una pelota que Viatri terminó convirtiendo en gol.

A pesar del inmerecido 0-1, Newell´s no se tiró hacia atrás. Salió a buscarlo ante un Boca desdibujado. Y el empate llegó, más que de un dibujo, de un garabato en el área xeneize. Una media chilena frustrada dejó una pelota picando que nadie de la defensa local sacó y Vangioni capitalizó con una tremenda media vuelta.

En el tramo final del partido ya estaban en cancha Boghossian, Dening y también Sperdutti. Sin embargo fue otra vez Vangioni quien se perdió el segundo de cabeza a los 36. En esa misma jugada, Rosada hizo dos faltas, una de ellas dentro del área. Ese penal no cobrado exasperó al banco leproso, ya caliente por la mano en el primer tanto del local.

En parte por el nerviosismo que alimentan las injusticias, fue amonestado Peratta, que protestó demás al juez de línea (también vieron la amarilla Quiroga y Sánchez Prette).

Pero el equipo de Sensini no se desesperó ni mucho menos. Por eso empujó hacia el fondo a un Boca dormido. Pudo haberlo ganado la Lepra, pero el empate, que sirve para mantener el invicto tras tres fechas jugadas, confirma el buen arranque rojinegro.