Martino. Maxi Rodríguez. Heinze. La potencia de los nombres propios. Y gratas revelaciones como Scocco o Guzmán. La tranquilidad en la tabla de promedios. La clasificación a la Libertadores. La vigencia de la democracia. Parece que Newell's tiene muchos motivos para despedir con hurras este 2012 que se va.

En el club del Parque se respiran aires de tranquilidad y de ilusión como hacía mucho no pasaba. El desembarco del Tata dotó a la Lepra, futbolísticamente, de una seguridad que le hizo superar con autoridad los nubarrones del bajo promedio. Y generó una movilización de sentimientos que convulsionó al mercado con los altisonantes regresos de figuras de selección que le dieron a la institución un lugar en las primeras planas.

Y así, cuando se avizoraba un año lleno de preocupaciones, la Lepra lo acaba imaginando un futuro promisorio que lo tendrá, desde febrero, recorriendo el continente enmarcado en el Grupo 7 de la Libertadores, con destinos seguros en Venezuela y Chile y la chance a dirimirse de ir a Uruguay o Paraguay (Deportivo Lara y Universidad de Chile ya
clasificados, Defensor Sporting y Olimpia disputando el último lugar).

Como sostén de toda esta revolución deportiva, la consolidación de la democracia (con el triunfo del oficialismo encabezado por Lorente en elecciones que se truncaron por falta de oposición seria) reafirma que Newell's camina por un sendero de certezas, que más allá de los resultados que se sucedan, permiten decir que la entidad atraviesa el momento más próspero después del telón negro que Eduardo López tendió durante catorce años y hasta solo cuatro años atrás.