Para los especialistas estamos asistiendo a una nueva edad de oro. Es que se estima que los 50 años son como los 30 de ayer. Quienes hoy andan por los 50 están más cerca del gimnasio, las calzas y la remera de rock que de asociarse al club de la tercera edad. Madonna, Sharon Stone, Demi Moore y hasta Jorge Rial, son ejemplos de hombres y mujeres que una vez que alcanzan esa edad se enamoran y forman pareja con personas mucho más jóvenes. La actitud mental, la energía, los proyectos, el estado físico, son algunas de las claves de quienes redescubren la sexualidad a esa altura de la vida.

Según publica el diario Clarin, hace un siglo no había ni fiestas de 50 años, ni cruceros para parejas de esa edad, ni tantos divorcios. Ahora, no sólo la gente se separa al pisar los 50 sino que se anima a empezar todo de nuevo.

Para los especialistas, "los 50 tienen de positivo que ya pasó el temporal de la crianza de los pequeños, el estudio apurado, el estrés laboral intenso. Mucho está dado, y el reposo y la experiencia, ayudan".

“El envejecimiento es un fenómeno universal, inexorable, irreversible, pero su ritmo es modificable. Depende del lugar y la época. No es lo mismo envejecer en Santa Fe y Callao que en el Impenetrable. Cuando en la antigüedad la gente moría a los 30 años eran biológicamente muy viejos”, sostiene Juan Hitzig, especialista en biogerontología.

Y cita una frase oriental: “Envejecemos y morimos porque imitamos a los que envejecen y mueren”. Lo que dice Hitzig es que un chico de 18 necesita ver bien a un señor de 80 para vislumbrar su futuro. Y que los cambios sociales, psicológicos y actitudinales contribuyen a retardar el deterioro y envejecer mejor.

Explica que en estudios de longevos saludables, más que patrones de condiciones biológicas, comparten emociones y conductas que les permiten controlar y manejar mejor las emociones negativas.