La historia se repite una vez más. Ariel Ortega volvió a faltar este jueves a un entrenamiento de River sin ningún tipo de aviso, más allá de una versión que indica que habría sido por un problema de uno de sus hijos.
Mientras la parte del plantel millonario que no viajó a Colombia –para jugar por la Copa Libertadores con el Caracas venezolano– trabajó en el predio de Ezeiza durante la mañana, el Burrito brilló por su ausencia.
El DT Daniel Passarella le había comunicado el martes que no viajaría para disputar el encuentro internacional, y esta decisión no le cayó para nada bien al delantero, más allá de que se le abría una puerta para volver a ser titular por el torneo Clausura, ante Belgrano.
Ortega, de 33 años, se encuentra en medio de un tratamiento contra el alcoholismo, que lo tuvo alejado por un importante tiempo de las canchas, aunque hizo su regreso en el partido contra Quilmes –el 17 de marzo-, en el que anotó el polémico gol con la mano.
Mientras la parte del plantel millonario que no viajó a Colombia –para jugar por la Copa Libertadores con el Caracas venezolano– trabajó en el predio de Ezeiza durante la mañana, el Burrito brilló por su ausencia.
El DT Daniel Passarella le había comunicado el martes que no viajaría para disputar el encuentro internacional, y esta decisión no le cayó para nada bien al delantero, más allá de que se le abría una puerta para volver a ser titular por el torneo Clausura, ante Belgrano.
Ortega, de 33 años, se encuentra en medio de un tratamiento contra el alcoholismo, que lo tuvo alejado por un importante tiempo de las canchas, aunque hizo su regreso en el partido contra Quilmes –el 17 de marzo-, en el que anotó el polémico gol con la mano.


