Por cada persona que fue diagnosticada con celiaquía hay ocho que desconocen su condición, lo que sigue siendo el principal problema de esta enfermedad que consiste en una intolerancia permanente al gluten y cuyo único tratamiento es una dieta libre de esta proteína que se encuentra en trigo, avena, cebada y centeno.
“Se estima que en el país el 1% de la población es celíaca y, pese a que en estos últimos cuatro años se incrementó considerablemente el testeo, ya que cada vez nos demandan más tiras reactivas, todavía hay un alto porcentaje de personas que no conocen su condición”, explicó a Télam Jimena Arauz, coordinadora del Programa Nacional de Detección y Control de la Enfermedad Celíaca, que depende del Ministerio de Salud de Nación.
En vísperas de celebrarse el domingo el Día Internacional del Celíaco, Arauz informó que esta situación se da porque “todavía existen profesionales de la salud que no asocian determinados síntomas que denominamos atípicos con la enfermedad, para lo cual desde el programa venimos trabajando mucho en capacitación a todo el equipo médico”.
La Enfermedad Celíaca (EC) es un desorden inflamatorio intestinal en el cual se ha identificado como factor desencadenante las proteínas tóxicas del trigo, cebada, centeno y en menor medida la avena, que producen una lesión de la mucosa intestinal provocando una atrofia de las vellosidades del intestino delgado, lo que altera o disminuye la absorción de los nutrientes de los alimentos.
Entre los síntomas clásicos de la enfermedad se encuentran el bajo peso, la desnutrición, las deposiciones diarreicas crónicas y la distensión abdominal.
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En tanto, los menos frecuentes son constipación crónica, alteraciones dentarias, aftas, anemia, trastornos óseos (Osteopenia-Osteoporosis), predisposición a las fracturas, trastornos gineco-obstétricos (menarca tardía, menopausia precoz, infertilidad y abortos espontáneos a repetición).
“Con una dieta libre de gluten (DLT), en la mayoría de los pacientes adultos, se consigue la mejoría de los síntomas aproximadamente a partir de las dos semanas, la normalización serológica entre los 6 y 12 meses y la recuperación histológica en torno a los dos años de iniciado el tratamiento”, aseguró la licenciada en nutrición Andrea González, miembro de la Asociación Argentina de Nutricionistas (AADYND).
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González, Jefa del Departamento de Alimentación del Hospital de Gastroenterología Udaondo, afirmó que “en el caso de los niños cuando la enfermedad se diagnostica tempranamente, la introducción de una DLG, promueve la rápida recuperación de la tasa de crecimiento”.
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“A los 19 años me diagnosticaron que era celíaca porque se lo habían descubierto a mi mamá después de muchos años en los que ella recorrió consultorios mientras su salud se deterioraba”, contó a Télam Mariana Holgado, miembro de la Asociación Celíaca Argentina (ACeA).
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Mariana, que hoy tiene 27 años, recordó que “al principio me resistía a hacer la dieta”, pero "al hacerla comencé a sentirme mucho mejor”.
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“Como al comenzar la dieta uno deja de estar enfermo, lo que siempre decimos desde ACeA es que los celíacos tenemos ‘otra forma de ser’, de ‘vida’, es decir, tenemos una vida normal con otra alimentación”, sostuvo.
Mónica Cortizas también enumeró cambios de cuando se enteró que su hija era celíaca, hace 17 años. "Cuando llegó el resultado de la biopsia no sabía que hacer. Por entonces no sabía hacer ni un huevo duro. Le hice unos pancitos que eran horribles pero le juré que iba a mejorarlos”.
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Además hizo un libro de recetas, da clases de cocina, creó la página www.sercelíacos.com y militó junto a otras miles de personas para lograr la aprobación de la Ley 26.588, que vio la luz en diciembre de 2009.
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La sanción de la ley y de las distintas reglamentaciones, a la que ayer se sumó la identificación de “sin TACC” en los medicamentos, fueron pasos fundamentales en la mejora de la calidad de vida de los celíacos.
Fuente: Telam