El último presidente de facto que tuvo la Argentina, Reynaldo Bignone, tiene ahora sobre su cabeza una orden de detención emitida por el juez federal de San Martín, Alberto Suáres Araujo, en la denominada "causa Riveros".

En ese expediente se investigan violaciones a los derechos humanos en Campo de Mayo. Allí funcionó un centro clandestino de detención durante la última dictadura.

Bignone ya está en camino a un juicio oral por el robo de bebés nacidos en cautiverio ilegal durante la dictadura y fue excarcelado a fines de 2005 por la Cámara Federal después de permanecer siete años en prisión sin condena firme.

Justamente ayer se presentó ante la Justicia, pero en los tribunales de Comodoro Py, en una causa abierta por presunta apología del delito. Sin embargo, sólo se presentó para pedir la postergación de la indagatoria.

Bignone debía responder ante el juez federal Rodolfo Canicoba Corral a raíz de declaraciones en las que habría exhortado a la juventud a "continuar el camino" que dejó trunco el régimen de facto.