La NBA protagonizó otra batalla campal como la que se dio en el Palace de Auburn Hills, la peor de su historia, al comienzo de la temporada del 2004, y mucho menos que tuviese de escenario al legendario Madison Square Garden.

Esta vez los protagonistas fueron los profesionales de los Nuggets de Denver y los Knicks de Nueva York. El resultado final fue la expulsión de 10 jugadores, cinco por cada equipo, con el líder de los encestadores de la liga, el alero Carmelo Anthony, de los Nuggets, entre los que con toda seguridad van a recibir un fuerte castigo por parte de la NBA.

Los hechos se dieron cuando sólo faltaban 1:15 minutos antes del final del partido y el escolta J.R.Smith, de los Nuggets, penetró a canasta en una jugada de contraataque para ser tirado al suelo de forma violenta por alero novato Mardy Collins, de los Knicks.

Smith se levantó para iniciar con Collins la pelea en la que también varios jugadores, incluido Anthony, lanzaron puñetazos, algo que les puede costar todavía una suspensión mayor cuando la NBA estudie los incidentes.

Suspensiones. Ya se habla de hasta 10 partidos de suspensión para Anthony por ser el que más puñetazos lanzó durante la pelea y a Collins al ser el causante de la falta violenta que generó la pelea en el campo de la ciudad donde se encuentra también la sede de la NBA.

"Soy consciente de lo sucedido, no quiero hacer ningún comentario, pero aceptaré la responsabilidad que me corresponda", declaró Anthony.

Imágenes de intercambios de golpes y sobre todo la persecución por todo el campo del alero de los Knicks, Jared Jeffries, para agredir a Anthony convirtió al legendario Madison Square Garden, la catedral del baloncesto profesional, en un auténtico campo de fútbol americano y auténtica "vergüenza" para la NBA.

Varios jugadores y entrenadores de ambos equipos tuvieron que lanzarse al suelo para intentar sujetar a Jeffries, algo que al final consiguió el asistente de los Knicks, el ex jugador Mark Aguirre.

Tampoco fue nada constructivo ver como Smith y Nate Robinson, el base reserva de los Knicks, se agarraron y fueron a dar contra los aficionados que ocupaban la primera fila del área que estaba detrás de la canasta del equipo neoyorquino.

La reacción posterior de los jugadores a todo lo sucedido fue de reconocer lo "bochornoso" del espectáculo que habían dado, aunque para algunos como Robinson y el entrenador de los Knicks, Isiah Thomas, trataron de "justificarlos" con la valoración de que los Nuggets no tenían que haber mantenido en el campo a los titulares después de ir ganando por 119-100, que al final fue de 123-100.

Más rotundo y categórico fue el entrenador de los Nuggets, George Karl, quien definido los hechos como "bochornosos" y de un gran daño para todos.

"Me siento mal por la liga, por los Nuggets de Denver y por los Knicks de Nueva York", declaró Karl. "Es una demostración muy pobre de respeto por el deporte del baloncesto y el mejor escenario del mundo para jugarlo".

Los expulsados de Denver fueron Camby, el base titular Andre Miller, el alero mexicano Eduardo Najera, Smith y Anthony. Por los Knicks el alero Channing Frye, el pívot David Lee, Collins, Robinson y Jeffries