El Pachuca derrotó a domicilio al Colo Colo chileno por 2-1 y con un marcador global de 3-2 a su favor se tituló campeón de la Copa Sudamericana de Fútbol 2006.

El equipo mexicano cimentó su hazaña en el segundo tiempo, con buen fútbol, un contragolpe mortal y una táctica perfecta, que le permitió anular a Matías Fernández, el mejor valor del equipo chileno, que pasó prácticamente inadvertido en la cancha.

Responsable también en gran medida del éxito de los "Tuzos" fue su técnico, Enrique Meza, que aquilató correctamente al rival e hizo los cambios justos en el momento adecuado.

Alentado por 70 mil gargantas, Colo Colo comenzó mejor en el control del balón y del terreno, pero sin claridad en las jugadas ofensivas, salvo una de Matías Fernández en el minuto 4, cuando eludió a varios rivales por la izquierda, pero su centro no encontró a nadie.

El Pachuca, fiel a su predilección por el contragolpe, se agrupaba atrás y esperaba alguna apertura en las líneas rivales para embestir.

El juego se mantuvo en esa tónica hasta pasados los 20 minutos, cuando los "Tuzos" encontraron las brechas y comenzaron a crearse ocasiones.

La mejores las tuvieron Chitiva (minuto 24), cuando entró por la izquierda y remató desde el área chica, pero su disparo se fue levemente desviado y Cacho (minuto 28), que llegó tarde tras un ajustado córner de Giménez desde la izquierda.

Cuando parecía que el Colo Colo había perdido el rumbo, apareció el genio de Fernández, que en los 34 abrió en diagonal a la izquierda para Sánchez, que se sacó de encima a Mosquera y centró preciso para Suazo, que se acomodó en la entrada del área y tiró bajo al rincón izquierdo de Miguel Calero, que no alcanzó a interceptar el balón y debió recogerlo desde el fondo de la red.

La ventaja despertó al Colo Colo, que retomó el control del terreno, pero de ahí hasta el descanso la mejor ocasión fue del conjunto mexicano, que pudo empatar en los 45, cuando Giménez remató desde 25 metros, rasante, pero el arquero Cejas estuvo atento para estirarse y controlar junto a un poste.

En el segundo tiempo el Pachuca salió con dos cambios –ingresaron Alberto Rodríguez y Damián Alvarez– y una disposición más ofensiva, que sorprendió y aniquiló al Colo Colo, que mostró ganas pero poco fútbol frente a un rival que lo superó en todas las líneas.

Damián Alvarez fue el dínamo que encendió al equipo en el tramo decisivo del partido, por lo que fue considerado por la unanimidad de los comentaristas locales como la figura de su equipo y del partido.

El Pachuca cosechó los frutos temprano, porque en el minuto 53 Rodríguez ganó el fondo por la izquierda y su centro fue conectado a placer por Gabriel Caballero, que arremetía por el otro lado, para anotar el gol del empate.

El equipo visitante no se conformó y continuó en el dominio, creándo las mejores ocasiones para aumentar.

El premio mayor llegó en el minuto 73, cuando tras un córner a favor del Colo Colo, el Pachuca salió en un contragolpe letal con Chitiva y Alvarez, que llegó hasta la otra área y habilitó al argentino Giménez, que derrotó sin apelación a su compatriota Cejas.

El Colo Colo reaccionó como un toro herido, con mucho empuje y pundonor, pero sin ideas ni la sabiduría necesarias para cambiar su aciago destino.

Sobre el final, los gritos de unos 400 hinchas mexicanos resonaban en todo el estadio, mientras con un murmullo apagado las decenas de miles de aficionados locales, que se habían preparado para una fiesta, se retiraban cabizbajos, rumiando su amargura.

Para el Colo Colo, que debió presenciar como Miguel Calero recibía la copa de campeón, sólo quedó el consuelo de ver a su delantero Humberto Suazo coronarse como goleador del torneo.