El presidente de River, José María Aguilar, aseguró que esa institución es "la más segura" del país, y consideró que la clausura que se le impuso por los incidentes ocurridos en la zona de quincho hace dos semanas se debió a que "ha habido una medida arbitraria" ante "la necesidad de encontrar un chivo expiatorio".
Luego de esas declaraciones, el directivo se decidió y echó de la institución de Nuñez a seis socios que habrían tenido participación en los hechos de violencia antes del partido con Lanús.
Entre los expulsados, se encuentran los hinchas que se disputan el liderazgo de "Los Borrachos del Tablón", Alan Schenkler y Adrián Rousseau y un empleado del club, todos ellos implicados en el choque entre sectores internos de la barra brava riverplatense que terminó con heridos de arma blanca y la clausura del club de Nuñez.
Aguilar atribuyó a las fuerzas de seguridad estatales la responsabilidad de controlar los hechos delictivos como el ocurrido cuando supuestos barrabravas ingresaron a la zona de esparcimiento del club armados y se enfrentaron entre sí con el resultado de cuatro personas heridas.
El dirigente, quien se mostró muy irritado al responder a preguntas de periodistas que lo aguardaban en la puerta de su casa y apenas de regreso de Punta del Este donde estaba de vacaciones, si bien dijo ser "responsable" de todo lo que pase en River, atribuyó a la policía la obligación de controlar la seguridad.
"Yo conozco a varios barrabravas de River, también a muchos hinchas. Pero no tengo ningún vínculo comercial con ellos", afirmó.