El senador nacional por la provincia de Córdoba, Luis Juez, renovó este jueves sus críticas a su par santafesino Carlos Reutemann y desestimó que pueda ser un candidato fuerte en las próximas elecciones presidenciales.

En diálogo con Radiópolis (Radio 2), el ex intendente cordobés definió al Lole como "un tipo que sale segundo o se queda en boxes" y expresó: "Se me hace difícil entender que un tipo que no puede contener a su compañera de bancada sea presidente. Si él y (Julio) Cobos son los que van a heredar el gobierno, ¡ay Argentina!”.

Fiel a su estilo, el polémico dirigente de la provincia mediterránea aprovechó para pegarle también al vicepresidente de la Nación y posible candidato a la presidencia por la oposición: “El otro día vi una disertación de Cobos acá en Córdoba ante los 350 empresarios más importantes: me durmió. Del hotel donde habló me pasaron la factura porque rompí una mesa del cabezazo que pegué. Es increíble la volatibilidad de concepto, la permisividad para tolerarse cosas que tiene”, declaró.

“Supuestamente se les valora la mesura”, dijo sobre Reutemann y Cobos. “¿Y qué es la mesura en un país de desmesura? ¿Es no pelearse con los grupos económicos? ¿Bajar la cabeza y aceptar las reglas del juego de los que tienen la plata? Entonces nunca voy a ser mesurado”, afirmó.

Finalmente, Juez entregó su visión de Cristóbal López, empresario y mano derecha de Néstor Kirchner, y cuyo nombre sonó como posible comprador de la planta rosarina de la autopartista Mahle. ”Es un personajote que me dijo él mismo que le financió la campaña a Kirchner cuando fue candidato a intendente en Santa Cruz,y de ahí le financió todas las campañas. Recuerdo que nos convocó a su despacho para quedarse con el negocio del juego en Córdoba. Desde que nos pusimos firmes, la guerra de De la Sota y el gobierno contra nosotros fue sin cuartel”, cerró Juez.

Sobre Alarcón

El cordobés fue consultado además sobre el inesperado traspaso de María del Carmen Alarcón del gobierno santafesino a las huestes kirchneristas. Al respecto, afirmó: “Si no hay voluntad de cambio de camiseta, es difícil que la cosa se dé. Soy un convencido de que esto pasa cuando no hay convicciones”.