Luego del discurso del presidente Néstor Kirchner, quien pidió a Irán que “acepte” los pedidos de la Justicia argentina por la causa del atentado a la Amia, el turno de hablar ante las Naciones Unidas recayó sobre el primer mandatario de Irán, Mahmud Ahmadineyad.
El presidente iraní, que no incluyó una respuesta al reclamo argentino en su discurso, afirmó que su país "da por cerrado" el asunto de las ambiciones nucleares iraníes y que lo deja en manos de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).
"Se ha convertido en un asunto de rutina ordinaria de la Agencia", señaló el gobernante durante su intervención ante el pleno de la 62 Asamblea General de la ONU.
"Todas las actividades nucleares realizadas han sido completamente pacíficas y transparentes", dijo Ahmadineyad, al tiempo que aseguró que su país "siempre ha estado y estará preparado para celebrar conversaciones constructivas con las partes".
En ese sentido, dijo que "desestimará las imposiciones ilegales y políticas de las potencias arrogantes", sobre sus proyectos. Además, criticó la política exterior de la Casa Blanca en Oriente Medio y cargó contra Israel.
En turno anterior, el presidente francés Nicolas Sarkozy había advertido que permitir que Irán adquiriera armas nucleares constituiría un "riesgo inaceptable para la estabilidad de la región y el mundo".