Este martes la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la reglamentación de la ley de doblaje 23.316, promulgada en 1986, que impone el doblaje de las películas extranjeras en el país. La medida era reclamada por entidades que agrupan tanto a actores como a locutores argentinos.

La inicitiva dispone que tanto las películas como los videos que se pongan en pantalla o se presenten de un modo fragmentado con fines publicitarios, las series originalmente no habladas en español y destinadas a su pase por TV, deberán ser dobladas por actores y locutores argentinos.

La normativa exceptúa al material subtitulado que llega a las pantallas chicas a través de las señales internacionales y que se exhiben fronteras afuera.

Asimismo, se establece que las empresas importadoras y distribuidoras quedan obligadas a incrementar gradualmente el porcentaje de material fílmico doblado en el país.

“En el país hay, en ella actualidad, cerca de 200 actores y locutores que trabajan en la industria del doblaje”, señaló Dany de Alzaga, director de la Escuela Argentina de Doblaje, en diálogo con A diario, (Radio Dos).

El también director, dramaturgo y actor destacó que “en Argentina, hace viente años que se dobla en castellano neutro” y definió la reglamentación como “una lucha” que acusa dos décadas.

“Nosotros hablamos un neutro perfecto. Se han doblado infinidad de películas en el país y aquí se trabaja muy bien. Hay grandes actores y directores”, completa quien asumió en reiteradas oportunidades a Anthony Hopkins, Christopher Plummer y Al Pacino

Al ser consultado sobre los cambios que introduce la normativa en relación a la dinámica propia del mercado, Álzaga responde: “Se modifica la cantidad de trabajo para los actores y locutores argentinos (..) También nos va a llevar a mejorar los salarios”.

El doblajista explica que, en la actualidad, “se gana en cantidad, pero consideramos que no está bien pago”.

Álzaga explicó que los tiempos del doblaje cambiaron y ya no ocurre que un mismo intérprete asuma una voz “de por vida”.

“Eso no podría volver a ocurrir porque se descentralizó el mercado. Eso pasaba cuando se doblala en un sólo país”.

Si bien México se posiciona como el principal polo, Argentina ocupa el segundo lugar continental, seguido por Venezuela, Chile y Colombia.

Según la normativa, las empresas importadoras y distribuidoras están obligadas a incrementar gradualmente el porcentaje de material fílmico doblado en el país. Para el caso, la rematerización de clásicos acelera el trabajo en tal sentido dado que al aggiornarse las bandas de sonido, lo mismo ocurre con las voces.

Para las películas y series se fija un mínimo del 12,5% en los primeros 180 días, un 25% de aquí a un año, para llegar a la mitad del volumen en tres años.

Por el lado de los documentales, ciclos periodísticos, musicales y especiales, el doblaje obligatorio en el país no debería ser menor al 25% al cumpirse los 180 días.

También en materia teatral se establece equiparar a traductores y adaptadores argentinos con montos similares a los derechos de las obras extranjeras que tuviesen a su cargo.