A las ya conocidas anécdotas de viajes complicados y peligrosos protagonizadas por desafortunados turistas, se sumó una que cuenta con casi todos los ingredientes de las obras maestras del terror a bordo de un colectivo.
Los damnificados contrataron en Rosario los servicios de la empresa Turisteca Productos Turísticos SRL –que no vende directamente al público– a través de diversas agencias locales y debieron soportar, según su propia descripción, un traslado por demás accidentado hasta llegar al destino elegido: San Carlos de Bariloche.
“Todo vino mal desde el principio –cuenta Mauro Fiorino, uno de los pasajeros a Rosario3.com–, nos vendieron un pasaje que decía Rosario-Bariloche y resultó que primero debimos pasar por Córdoba a buscar a otra gente”. El colectivo que los transportó pertenece a la empresa Costa Azul SRL, interno 05, patente CMU 182 y salió con una hora de demora de la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno.
“Apenas salimos –detalla Mauro– tuvimos que parar por la avenida Eva Perón por problemas en un neumático y ahí perdimos otra hora más. Levantamos los pasajeros en Córdoba y cuando el chofer quiso tomar la ruta 7 vio que estaba cortada por las inundaciones y al buscar una ruta alternativa se perdió”.
Cansados de vagar por caminos de tierra, llenos de pozos, a bordo de un coche de dos pisos que se bamboleaba de manera incesante, fueron los mismos pasajeros quienes con su propio mapa de ruta, ayudaron a los conductores a encontrar una ruta alternativa.
Además del derrotero incierto, el contingente debió soportar –según precisan– maniobras peligrosas, deslizamientos de las ruedas del colectivo en varias oportunidades hacia la banquina, exceso de velocidad, inconvenientes en el motor del coche que obligaba a los choferes a parar en las estaciones de servicio a cargar agua permanentemente y olvido de una pasajera en una de las paradas, hasta que finalmente, al llegar a Piedra del Álguila, en la provincia de Neuquén, debieron esperar que les enviaran un coche auxiliar procedente de Bariloche. Allí, en la comisaría local, los pasajeros hicieron la denuncia policial.
En total, demoraron 40 horas en llegar a destino y como perdieron un día de sus vacaciones, la empresa les ofreció resarcirlos con unas horas más de estadía y un almuerzo de despedida. Lástima que lo hicieron tarde. Ahora los turistas se preguntan quién controla a las empresas y agencias de viajes que venden servicios que no están en condiciones de brindar.
Los damnificados contrataron en Rosario los servicios de la empresa Turisteca Productos Turísticos SRL –que no vende directamente al público– a través de diversas agencias locales y debieron soportar, según su propia descripción, un traslado por demás accidentado hasta llegar al destino elegido: San Carlos de Bariloche.
“Todo vino mal desde el principio –cuenta Mauro Fiorino, uno de los pasajeros a Rosario3.com–, nos vendieron un pasaje que decía Rosario-Bariloche y resultó que primero debimos pasar por Córdoba a buscar a otra gente”. El colectivo que los transportó pertenece a la empresa Costa Azul SRL, interno 05, patente CMU 182 y salió con una hora de demora de la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno.
“Apenas salimos –detalla Mauro– tuvimos que parar por la avenida Eva Perón por problemas en un neumático y ahí perdimos otra hora más. Levantamos los pasajeros en Córdoba y cuando el chofer quiso tomar la ruta 7 vio que estaba cortada por las inundaciones y al buscar una ruta alternativa se perdió”.
Cansados de vagar por caminos de tierra, llenos de pozos, a bordo de un coche de dos pisos que se bamboleaba de manera incesante, fueron los mismos pasajeros quienes con su propio mapa de ruta, ayudaron a los conductores a encontrar una ruta alternativa.
Además del derrotero incierto, el contingente debió soportar –según precisan– maniobras peligrosas, deslizamientos de las ruedas del colectivo en varias oportunidades hacia la banquina, exceso de velocidad, inconvenientes en el motor del coche que obligaba a los choferes a parar en las estaciones de servicio a cargar agua permanentemente y olvido de una pasajera en una de las paradas, hasta que finalmente, al llegar a Piedra del Álguila, en la provincia de Neuquén, debieron esperar que les enviaran un coche auxiliar procedente de Bariloche. Allí, en la comisaría local, los pasajeros hicieron la denuncia policial.
En total, demoraron 40 horas en llegar a destino y como perdieron un día de sus vacaciones, la empresa les ofreció resarcirlos con unas horas más de estadía y un almuerzo de despedida. Lástima que lo hicieron tarde. Ahora los turistas se preguntan quién controla a las empresas y agencias de viajes que venden servicios que no están en condiciones de brindar.