La menopausia constituye una etapa en la vida de la mujer caracterizada por la aparición de diversos signos y síntomas, muy especialmente de los sofocos o calores, derivados de los cambios hormonales que se producen por la interrupción definitiva de la menstruación. Sin embargo, y si bien constituye el síntoma "típico" y "común" de esta fase vital, la menopausia es mucho más que eso. De hecho, y como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (EE.UU.), hasta una de cada cuatro mujeres experimentan durante su quinta década de vida síntomas físicos y mentales de carácter moderado-grave asociados a la menopausia. Un aspecto a tener muy en cuenta dado que el abordaje precoz de estos síntomas es crítico para reducir el futuro riesgo de enfermedades crónicas y discapacidades.

Como explica Siobán Harlow, directora de esta investigación publicada en la revista "Women's Midlife Health", "nos ha sorprendido encontrar que hasta una cuarta parte de las mujeres de esta cohorte relativamente sana experimentaron un amplio rango de síntomas por lo general graves antes de la transición hacia la menopausia, lo que determinó que percibieran que su salud había empeorado de forma notable. Y lo que es más importante, también hemos visto que si bien estos síntomas mejoran en algunos casos a través de la menopausia, en otros empeoran, por lo que se trata de una fase crítica vital para llevar a cabo las intervenciones necesarias", según abc.

En definitiva, el 26% de las mujeres padece síntomas de carácter moderado grave, amen de ciertamente numerosos. O dicho de otra manera, la menopausia es mucho más que sofocos.

Como refiere Siobán Harlow, "contrariamente a lo observado en estudios previos, los sofocos no constituyeron los síntomas más graves en nuestro trabajo. Sin embargo, estos sofocos sí estuvieron presentes en la mayoría de las mujeres en todas las etapas de la menopausia, por lo general acompañados de otros síntomas como la fatiga y los trastornos del sueño".

Concluyen los autores, "se requieren más investigaciones para evaluar si las mujeres con una notable sintomatología en la mediana edad presentan un mayor riesgo de discapacidad y mortalidad y si, por el contrario, una baja carga sintomática es un marcador de envejecimiento saludable".