Complicado eso de ser oso y querer rascarte la espalda. ¿A quién acudir para calmar la comezón si la pezuña propia no llega?

Un árbol fue la solución más cercana –e instintiva– que encontró el mamífero. Las cámaras nocturnas del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Washington, Estados Unidos, capturaron la escena. Luego subieron el registro a Facebook.

“Este oso gordo está a listo para hibernar pero antes quiso rascarse la espalda”, se lee en una traducción no literal del posteo del organismo.


En los comentarios, hay quienes plantean que quizás el mamífero sea una osa.