El concejal radical Jorge Boasso presentó una inciativa para promover la instalación de teléfonos públicos para hipoacúsicos e impedidos del habla.
El proyecto tiene por objetivo superar las barreras e impedimentos que sufren los discapacitados auditivos ante situaciones cotidianas. Sin embargo, la tecnología con la que se cuenta en el país para este servicio y la metodología con la que se ha implementado hizo que su uso haya sido desplazado por el chat y los mensajes de texto.
La idea de Boasso es que el Ejecutivo municipal celebre convenios con las empresas telefónicas para instalar los teléfonos en hospitales, centros municipales de distrito y en las comisarías de la ciudad. Se trata de aparatos con teclados para que quienes no pueden hablar escriban lo que quieren decir, y quienes no escuchan lo puedan leer.
A medias. En rigor, un servicio como el que propone Boasso comenzó a implementarse años atrás como parte de las metas que las compañías telefónicas estaban obligadas a cumplir en el marco de la concesión. Así, hasta hace unos años un porcentaje de los teléfonos públicos que instalaban las empresas debían ser especiales para hipoacúsicos.
Pero a partir del congelamiento de las tarifas, metas como esa dejaron de cumplirse.
Esto implica que la instalación de teléfonos


