El National Theatre de Londres ha provocado una encendida polémica con la obra "England People Very Nice", sobre la inmigración, que es blanco de las protestas de militantes antirracistas por su contenido supuestamente chauvinista y xenófobo.

La obra, de Richard Bean, trata del asentamiento desde el siglo XVII de sucesivas comunidades de hugonotes, irlandeses, judíos y bangladeshíes en el barrio de Bethnal Green, en el este de Londres.

El National Theatre la ha publicitado como un "viaje tumultuoso por cuatro oleadas de inmigración" en ese barrio, primer puerto de llegada de los inmigrantes, pero la obra no parece haberles hecho ninguna gracia a algunos.

El viernes, según informa hoy el diario "The Daily Telegraph", dos personas se subieron al escenario e interrumpieron una charla que estaba dando el autor antes de la representación para acusarlo directamente de racista.

Los protagonistas de la protesta, un autor de teatro y un maestro de escuela, tuvieron que ser sacados de la sala por el personal de seguridad.

Los antirracistas han anunciado además su intención de montar piquetes frente al teatro y llevar su protesta a la compañía de cambio de moneda Travelex, que patrocina al National.

Además han afirmado, en declaraciones al diario, que "Richard Bean presenta a todos los bangladeshíes como narcotraficantes o toxicómanos, ladrones o personas que se casan sólo con sus primas".

Y han calificado de "escandaloso" el que "una obra que podría haber escrito un escolar racista de nueve años se represente en el National, un teatro financiado con fondos públicos".

El director del teatro, Nicholas Hytner, ha defendido la obra, presentándola como una sátira que "se burla de todo tipo de estereotipos" sobre los franceses, los irlandeses, los judíos, los bangladeshíes, los cockneys londinenses -los habitantes del este de la capital- y los liberales del barrio de Hampstead".

En la obra, argumenta Hytner, "se sitúa cada estereotipo en el contexto de su contrario, lo que es una manera de demostrar que toda forma de racismo es igual de ridícula".

El autor, un ex psicólogo de 52 años cuyas anteriores obras también fueron bastante polémicas, ha explicado por su parte que "si no se puede escribir sobre los jóvenes bangladeshíes, que son ingleses porque nacieron aquí, es que un escritor inglés vivo no puede escribir sobre Inglaterra".