Asombro, discusiones, polémica y cierto revuelvo en la sede del Grupo Clarín causó este jueves la presencia de dos de sus máximos enemigos públicos: el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof.

Los funcionarios del gobierno kirchnerista ingresaron al edificio de la empresa en el barrio porteño de Barracas con el fin de participar de la asamblea de accionistas en representación del Estado.

Es que, desde la nacionalización de las AFJP, el Estado nacional posee el 9% de los títulos clase B que fueron heredados a través de la Anses. Lo mismo sucede con Papel Prensa, la productora de papel que el diario posee en conjunto, entre otros, con el matutino La Nación.

Entonces, Moreno y Kicillof acudieron para responder a la convocatoria de la empresa para decidir el reparto de dividendos, según un aviso publicado y que llevaba la firma de su CEO, Héctor Magnetto.

Los funcionarios ingresaron junto al síndico general Daniel Reposo y otros asesores. En tanto, por Clarín, se sumaron a la asamblea los principales editores del diario: Ricardo Kirschbaum, Ricardo Roa, Julio Blanck, Miguel Fernández Canedo y Eduardo Van Der Kooy.

Según la agencia oficialista Télam, los funcionarios llegaron "en medio de insultos y amenazas de algunos empleados de la empresa que fueron enviados por los directivos del Grupo para amedrentar a los funcionarios". En cambio, TN difundió que "Moreno irrumpió a los gritos" como una forma de provocación.