El jefe de la Unidad Regional II, Miguel Oliva, confirmó que el viernes pasado uno de los agentes de la fuerza fue detenido cerca de un búnker aunque no descartó que haya estado ahí como cliente y no como traficante. Se mostró preocupado, justamente por los problemas de adicción que afectan a algunos uniformados. También habló de violencia de género entre los oficiales. Señaló que el policía detenido el viernes ya está en libertad aunque fue separado de su función y es investigado por la Dirección de Asuntos Internos.

En diálogo con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2, el comisario Oliva reconoció que el policía investigado tiene antecedentes por “inconducta” pero aclaró que se lo investiga por haber desobedecido aquel día la voz de alto –es decir, por resistencia a la autoridad– y no por algún supuesto vínculo con el narcotráfico. Explicó entonces que la investigación corre por cuenta de la Provincia.

En este sentido, no descartó que haya intentado huir al verse atrapado comprando droga y no vendiéndola. 

Así, el comisario planteó los problemas que aquejan a los agentes, susceptibles como cualquier persona a problemas de todo tipo, advirtió. Adelantó entonces que presentará un proyecto para su ascenso que se relaciona con las adicciones entre los uniformados y la violencia de género dentro de las seccionales. Del hombre a la mujer y de la mujer al hombre, aclaró.

El policía ahora investigado había sido detenido en la zona de Presidente Quintana y Esmeralda, en barrio La Tablada, cuando echó a correr tras identificar a otros policías. En ese momento estaba con otros dos hombres que huyeron en otra dirección e intentaron ocultarse en una casa donde luego se les secuestró una importante cantidad de droga.