Los policías separados de su cargo por haber llevado adelante un procedimiento sin autorización judicial en el country donde vivía Luis Medina, el supuesto jefe narco asesinado junto con su novia en el Acceso Sur, se defendieron ante la justicia: le entregaron a la jueza Alejandra Rodenas una nota mediante la cual la división Homicidios pedía “colaboración” en la investigación. La magistrada recibía este viernes al comisario Cristian Romero y a los padres de Justina Pérez Castelli.

Según publicó Rosario12, el fiscal Nº 2 de la Unidad Fiscal de Pilar, Gonzalo Acosta, acusó a los oficiales José Luis Ramonda, Néstor Chazarreta y Miguel Giordano por el delito de "abuso de autoridad" por haber ingresado el sábado pasado sin permiso al domicilio que Medina y Pérez Castelli compartían en el barrio privado Haras del Pilar. Sin embargo, los policías aseguraron que actuaron por órdenes de un superior, el comisario Romero.

Ramonda, Chazarreta y Giordano le dijeron este jueves a Rodenas que habían sido enviados al country bonaerense por su jefe, y que su trabajo era ir a recorrer la zona y tomar fotografías para presentar un posterior informe. Además, aclararon que no obligaron al padre de Justina a indicarles dónde vivía con su novio, sino que que le fueron a pedir la dirección del lugar y éste se había “ofrecido” a acompañarlos.

Este nuevo giro en el caso Medina le valió a Romero una invitación al despacho de la jueza. Esta mañana el comisario debía dar su versión de los hechos en Tribunales. La magistrada esperaba también la visita de los padres de Justina y de un allegado a Medina.

Por el accionar de los tres agentes, Rodenas tuvo que adelantar la orden de allanamiento prevista para el lunes pasado, y aquel domingo un equipo de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) llegó al lugar y secuestró más de 15 celulares, material informático y documentación de interés para el expediente.