Este jueves al mediodía a los alumnos del Politécnico que celebraban el final de cursado se les fue la mano. Primero fue la explosión de una bomba de humo casera de cinco kilos en el hall de la Facultad de Ingeniería que obligó a las autoridades a cerrar las puertas y dar por terminado el ciclo lectivo.
Pero, no se fueron a sus casas y la “diversión” siguió en la calle donde las corridas, los gritos, los huevazos y bombuchazos de agua provocaron la indignación de los vecinos que no dudaron en poner término al festejo, llamando al Comando Radioeléctrico y la Guardia Urbana Municipal (GUM).
En Pellegrini y Ayacucho, los chicos no paraban de tirarse huevos y lo que parecía un festejo comenzó a adquirir ribetes violentos de una verdadera batalla. Incluso, algunos chicos llegaron a la exasperación y no dudaban en provocar a los que pasaban gritando consignas nazis.
Los chicos no repararon en circunscribir el intercambio de huevos y agua entre ellos y varias personas fueron partícipes forzosos de la “batalla”, como por ejemplo, algunos agentes de la GUM que además de atajar a los exabruptos juveniles tuvieron que convencer a los almaceneros de que no le vendan más huevos y bombuchas a los festejantes.
Pero, no se fueron a sus casas y la “diversión” siguió en la calle donde las corridas, los gritos, los huevazos y bombuchazos de agua provocaron la indignación de los vecinos que no dudaron en poner término al festejo, llamando al Comando Radioeléctrico y la Guardia Urbana Municipal (GUM).
En Pellegrini y Ayacucho, los chicos no paraban de tirarse huevos y lo que parecía un festejo comenzó a adquirir ribetes violentos de una verdadera batalla. Incluso, algunos chicos llegaron a la exasperación y no dudaban en provocar a los que pasaban gritando consignas nazis.
Los chicos no repararon en circunscribir el intercambio de huevos y agua entre ellos y varias personas fueron partícipes forzosos de la “batalla”, como por ejemplo, algunos agentes de la GUM que además de atajar a los exabruptos juveniles tuvieron que convencer a los almaceneros de que no le vendan más huevos y bombuchas a los festejantes.