El tamaño de los osos polares se está reduciendo en este último siglo por culpa del estrés que padecen, según recoge un estudio del Journal of Zoology.

Así, ante la dificultad de encontrar alimento, como consecuencia de la polución y del descenso de la masa de hielo, sufren un estrés físico que ha llevado a una disminución en su tamaño y a un cambio de forma en los animales.

Los científicos compararon diversos cráneos de Ursus maritimus de dos periodos diferentes: 1892 a 1939 y de 1961 a 2002. Advirtieron que habían reducido sus dimensiones hasta en un nueve por ciento los del segundo periodo con respecto a los del primero.

Estos cambios en los osos se deben a factores medioambientales, creen los investigadores. Hace 100 años todavía no había organoclorados en el medio ambiente del Ártico, y además, tampoco había efecto invernadero, ni deshielo.

"Como el hielo se está derritiendo, los osos tienen que hacer mayores esfuerzos para capturar a sus presas", explica el profesor de Biología de la Universidad de Aarhus y de la Academia Polaca de Ciencias.

Además, han comprobado que estas variaciones en su hábitat también influyen en su sistema inmunológico y en su éxito reproductivo, factores que además afectan al crecimiento individual y a la talla.

En este sentido, pone el ejemplo de dos gemelos. "Imagina que uno de ellos durante su etapa de crecimiento está bien alimentado y el otro no. El desnutrido será más pequeño porque no tendrá la energía suficiente para desarrollarse en correctas condiciones", añadió.

Los científicos han comprobado igualmente que estas modificaciones en el tamaño y forma de los animales puede deberse también a la reducción de la diversidad genética de la especie.