Cuando se trata de guardar cosas materiales, los británicos no tienen realmente donde ponerlas.
Esta es la conclusión del informe del Instituto Real de Arquitectos Británicos que analizó cómo se vive en los hogares del país.

"La vida contemporánea exige ciertas comodidades que la mayoría de los inmuebles no tiene. El problema es que las casas que se construyen ahora están hechas de la misma manera que las de hace 20 años", dice Harry Rich, director ejecutivo de Riba.

Tal es la falta de espacio para almacenar los objetos que se usan en la vida diaria que algunos recurren a medidas extremas, como guardar la aspiradora en la casa de los padres, a 20 minutos de distancia o utilizar el baúl del auto para acomodar papas, cebollas y demás productos alimenticios que no requieren refrigeración.

Sin contar con los libros, fotos, maletas viejas y demás objetos de valor sentimental que aún conserva en la casa de sus padres.

También los nuevos diseños, en los que predominan los espacios abiertos, cuentan con menos paredes, y esto hace más difícil la creación de espacios de almacenamiento vertical.

"La vida contemporánea exige ciertas comodidades que la mayoría de inmuebles no tiene", le explicó a la BBC Harry Rich, director ejecutivo de Riba, quien mencionó –además de la falta de espacio para albergar a los aparatos como el lavaplatos, la lavadora y el microondas, entre otros electrodomésticos– la escasez de tomas de corriente.