Existe una gran preocupación a nivel mundial por el gran incremento de la obesidad infantil, ya que los expertos encuentran trastornos relacionados con esta problemática que se están desarrollando en niños menores de 4 años. Entre ellos se encuentran los problemas cardíacos y respiratorios, el colesterol elevado, la hipertensión y la diabetes que se presentan en esta población infantil.

La genética es otro de los factores que se deben tener en cuenta, según los especialistas. Si un pequeño tiene sobrepeso entre el año y los 3 años de edad, su riesgo de obesidad en la vida adulta aumenta 1.3 veces. Pero si sus padres tienen sobrepeso, el riesgo aumenta 13 veces, sobre todo si quien padece problemas de peso es la madre.

Sin duda la alimentación es el factor más importante a tener en cuenta como prevención de la obesidad, basado en esto se recomienda reducir el consumo de grasas a partir de los 2 años porque desde el nacimiento hasta dicha edad es una etapa de rápido crecimiento cerebral y necesitan grasas y calorías para construir sus neuronas.

Más allá de la alimentación , existen otros aspectos que también influyen. Dentro de ellos se encuentran la inactividad, dada por el sedentarismo de la mayoria de los pequeños ya que juegan menos en espacios abiertos; miran más televisión y usan computadoras en lugar de actividades que impliquen un gasto calórico.

En este sentido, es saludable reconsiderar el estilo de vida promoviendo hábitos saludables desde la infancia, apoyar a los niños y hablar con ellos sobre el peso y la salud. Los padres son modelo, por lo que deberían prestar atención a su propia alimentación y estado físico.

Los especialistas aseguran que es posible realizar pequeños cambios como no comer mientras se mira televisión o juegos de computación, estimularlo a comer despacio y masticar bien, invitarlo a participar en la colaboración y elección de las comidas.

Fuente: Yo Crezco