Hablar el idioma del otro para mejorar su salud es la meta que busca alcanzar "Diálogos sobre salud" en idiomas aborígenes. La publicación brinda a los especialistas nociones básicas en wichi, chorote y guaraní que puedan facilitar el contacto y romper la barrera idiomática que los separa de los miembros de las comunidades indígenas.

El libro, impulsado por el Ministerio de Salud Pública de Salta y la Organización Panamericana de Salud (OPS) en Argentina, presenta una serie de preguntas traducidas a las tres lenguas originarias que más se hablan en esa provincia del norte del país.

Durante la presentación del material, el médico y autor del texto, Carlos Morales Peña, resaltó que se trata de “una mera herramienta para avanzar hacia la integración de los aborígenes quienes desde siempre han sufrido discriminaciones de todo tipo y que viven en una situación muy crítica”.

Según datos de 2008 de procedentes de Atención Primaria de la Salud de Salta, la población aborigen salteña es de 82.136 habitantes, quienes integran 15.490 familias distribuidas en unas 324 comunidades. La mayoría de ellas se concentran en los departamentos de San Martín, Iruya, Rivadavia, Santa Victoria Oeste y Los Andes. Los grupos étnicos más numerosos son los matacos o wichi, los chorotes, guaraníes y tobas. La extrema pobreza caracteriza la vida de estos pueblos.

Peña destacó que existen “graves inconvenientes de comunicación“ entre aborígenes y efectores del sistema de salud por “el escaso o nulo conocimiento del español” de unos y el “total desconocimiento de las lenguas autóctonas” de los otros.

El trabajo presenta un formato de bolsillo y a lo largo de sus 111 páginas brinda datos etno-demográficos relacionados con indicadores sociales y de salud locales, y propone una serie de diálogos que permitirán, según el autor, iniciar una conversación médica de consultorio, orientada a la interpretación y diagnóstico del problema de salud que aqueje a los pacientes indígenas.

Los diálogos en wichí fueron elaborados por Walter González, quien reside en la ciudad de Tartagal. La parte correspondiente al chorote fue llevada a cabo por Franco Bravo, docente en Misión de La Paz, Chaco salteño. Y lo textos en guaraní fueron abordados por Marcelo Soria y Luis Ceferino, ambos pertenecientes a la comunidad de Yacuy, situada a 17 kilómetros de ciudad de Tartagal.

Desde la Red de Salud Mapuche consideraron que la herramienta “es un paso para facilitar la comunicación”, pero pidieron atender “el protocolo de salud que pertenece a las comunidades originarias, cuya conexión con la naturaleza es una herramienta principal a la hora de atender los problemas de salud”.

Fuente: Organización Panamericana de la Salud