Rosario sumará a partir de este fin de semana tests de narcolemia a los controles de tránsito. El procedimiento, postergado por la demora en la llegada del equipamiento, fue presentado este martes por la Municipalidad y será para detectar el consumo de drogas al volante.

“Es un control más que aporta a la seguridad vial y se comenzará a implementar el jueves o el viernes, conjuntamente con el del alcoholemia”, anunció el secretario de Control y Convivencia, Gustavo Zignano, aunque más adelante ambos controles pueden ser independientes entre sí.

Habrá una primera etapa experimental de 120 días, durante los que “no habrá sanción pecuniaria pero sí el vehículo –del conductor que dé positivo– será remitido al corralón”, avisó el funcionario desde la Dirección de Tránsito, donde fue el lanzamiento ante la prensa.

Los narcolímetros permitirán detectar si el automovilista testeado consumió cocaína, marihuana, anfetaminas, benzodiazepinas, metanfetamina y opiáceos antes de manejar y tiene así inhibidas o alteradas sus facultades para una correcta conducción.


Cómo funciona

El test consiste en una “recolección de una mucosa salival a través de un hisopo que forma parte de un kit compuesto por un caset, que contiene los activos que luego de la recolección se incorporan a un analizador y en 5 ó 6 minutos arroja los resultados”, señaló Zignago.

El mecanismo imprime un ticket que queda para el automovilista, quien en caso de dar positivo se quedará temporariamente sin coche, ya que este será incautado y llevado al corralón como sucede en los casos de alcoholemia.

Desde el municipio también informaron, oportunamente, que también se ofrecerá al infractor la posibilidad de contar con una contención desde el sistema de salud para tratar una posible adicción. Y se trabajará en un informe con los indicadores obtenidos para llegar a una evaluación.

Los tests de narcolemia serán aleatorios pero no al azar: “Se harán bajo la supervisión de personal médico, que a partir de un diagnóstico clínico visual determina a qué conductor –entre los que sean retenidos para controles– se le hará un análisis”, aclaró Zignago.

Añadió que con esto “no se pretende condenar o estigmatizar el uso de drogas sino que se busca prevenir situaciones de riesgo asociadas a la conducción segura”.

El equipamiento adquirido por la Municipalidad para sumar estas pruebas en las calles de la ciudad –sobre todo los fines de semana por la noche– tuvo un costo de 170 mil pesos, se informó oficialmente, mientras que cada kit descartable que se utiliza trepa a 52 dólares la unidad (casi 850 pesos actualmente).

“Cumplir con la ley”

Por su parte, el concejal Jorge Boasso, autor del proyecto de controles de alcoholemia y que estuvo presente en el lanzamiento desde Tránsito, destacó que lo que primero permite esta nueva implementación es “cumplir con la ley”.

Cabe recordar que el proyecto, aprobado por el Concejo Municipal de Rosario el año pasado (ordenanza Nº 9195/14), fue presentado hace más de dos años. Y las normas de tránsito establecen desde 1998 la prohibición de conducir "habiendo tomado estupefacientes o medicamentos".

El primero de esos dos casos “es tan o más grave que manejar bajo los efectos del alcohol”, consideró Boasso, y por eso “era imprescindible que Rosario estableciera este procedimiento”.

“Este control previene accidentes, protege la vida de la población en general. Rosario se pone así a la cabeza de este tipo de procedimientos que pocas ciudades del país han desarrollado”, finalizó el edil.