Sabrina Ferrarese
La discusión se plantea en un contexto de puro cambio en el que Rosario se perfila como gran urbe y en el que los vaivenes económicos le sonríen al mercado inmobiliario. ¿Qué es el patrimonio urbano y qué parte se debe mantener en pie? En Rosario, el Programa de Preservación y Rehabilitación de Patrimonio municipal trabaja con un catálogo elaborado en 1999, en el que 2.200 inmuebles apostados en el área central de la ciudad están protegidos en diversos grados de posibles modificaciones que alteren su esencia, rica en valor histórico y arquitectónico para la identidad cultural local.
La imposibilidad de transformación y en algunos casos de sustitución de estas construcciones tiene a algunos propietarios molestos. Es que en un mercado actual en el que los metros cuadrados cotizan millares y cualquier terreno es utilizado para elevar decenas de pisos, estos límites tocan los bolsillos. Además, se pone en juego el concepto de lo patrimonial como valor y el del progreso versus preservación, en un debate de fondo que podría ser eterno.
Con un polémico proyecto de modificación del actual Código Urbano en danza, el municipio planea introducir en el Concejo un relevamiento que reduce el número de inmuebles protegidos en el área central. Laura Fernández, al frente del Programa de Preservación y Rehabilitación de Patrimonio, explicó a Rosario3.com: “A través de los años hay inmuebles que perdieron sus características y otros cuyo valor se desvirtúa por la gran sustitución de su área ya que quedaron prácticamente tapialados de edificios nuevos”. De acuerdo a la arquitecta, “se trabajó bajo el concepto de tramo como fragmento representativo de una identidad, porque existen tramos que son mixtos, de intervenciones de principio de siglo y modernas. No tenemos un área histórica con una característica homogénea”, precisó.
Pataleos y un cambio normativo como solución
La noticia aliviará a más de uno de los dueños de estas viviendas, que en muchos casos se vienen abajo por la carencia de recursos económicos para su mantenimiento, o bien gracias al desinterés por su preservación.
Según manifestó Fernández, las limitaciones impuestas por la ordenanza municipal de preservación patrimonial son leídas como un problema para muchos propietarios: “Todos los días tenemos quejas”, aseguró, pero advirtió:”Somos concientes de que no todo el patrimonio está en la condición que merece estarlo, pero sobretodo, existe una superposición de dos ordenanzas contrapuestas. Una que asigna un grado de protección y al mismo tiempo, dentro del Código Urbano, una edificabilidad que está superpuesta a esta intención. Es por eso que consideramos que la modificación de la normativa es fundamental”
Sin embargo, para la profesional, en estos casos no se ve que “el valor que se adquiere por un patrimonio renovado con determinadas características ha alcanzado a ser mayor al valor de un lote para edificar un edificio en altura. La plusvalía que tiene el valor patrimonial lo estamos viendo. Por lo general, el propietario opina que podría venderlo para hacer un edificio como si el inmueble fuera metros cuadrados edificables. Se puede hacer negocio también con el patrimonio, se pueden modificar inmuebles en pos de otros usos, otras categorías, no todo es entre medianeras y en altura”.
Subsidios-parches
El programa municipal prevé el otorgamiento de subsidios para la preservación de los inmuebles protegidos. El privado deberá afrontar la mayor parte del gasto y el municipio – a través de un fondo nutrido por un mínimo porcentaje de lo recaudado con la tasa general de inmuebles – se hará cargo de hasta el 50 por ciento del presupuesto más económico de los tres que debe presentar el propietario para obtener la ayuda económica.
Unos 28 inmuebles se han salvado de la destrucción a partir de este esfuerzo cogestionado. Sin embargo, esta ayuda no es suficiente, teniendo en cuenta que en numerosas ocasiones, el deterioro del inmueble no se resuelve con pequeñas intervenciones y por otra parte, el fondo municipal es muy acotado.
“La mayoría habla de la propiedad privada y el derecho sobre ella, pero también es responsabilidad del propietario mantener el inmueble en condiciones. La cantidad de inmuebles que están en ruinas en donde el propietario es responsable absoluto de esa condición, nadie la cuestiona”, apuntó Fernández.
En cuanto a la real capacidad de hacer frente a la preservación patrimonial desde el municipio, la coordinadora del programa hizo una objeción: “Se necesita un mayor porcentaje de subsidio pero tenemos un gran impedimento que es que Rosario no es autónoma. El único recurso genuino que tenemos es la tasa general de inmuebles y de ella, muy poquito”, justificó. “Estamos muy solos, no hay legislación ni a nivel provincial ni nacional. Por sí solo el patrimonio no se rehabilita”