La interacción arte-ciencia será eje del primer concurso “Biomolecularte” en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

“El desafío es realizar representaciones estéticamente atractivas y científicamente correctas de estructuras y procesos que ocurren en la escala molecular de lo viviente”, indicó la doctora Patricia Saragüeta, organizadora de esta iniciativa junto a Diego Ferreiro y Gustavo Vasen, investigadores del CONICET y docentes de Introducción a la Biología Molecular y Celular en esa casa de estudios.

Según Ferreiro, las representaciones visuales detalladas de muchos componentes ayudan a imaginar cómo ejecutan sus “funciones biológicas”, tal como ha ocurrido con la famosa estructura en doble-hélice del ADN. El modelo de James Watson y Francis Crick de 1953 no sólo era compatible con la mayoría de los datos experimentales conocidos, señaló Saragüeta, sino que sugería un mecanismo de duplicación y una manera “posible de codificar información en la secuencia de bases, pues la estructura general no depende de las bases vecinas en secuencia sino del apareamiento específico de las bases enfrentadas”. Se dice que Crick llegó a afirmar que el modelo era “demasiado bello para ser incorrecto”.

Ese principio estético suele ser, curiosamente, una buena pista para preferir un modelo espacial, una arquitectura molecular o una ecuación. “En los últimos sesenta años conocimos decenas de miles de estructuras de componentes moleculares de lo viviente que son, digámoslo, bellas. El desafío consiste en realzar, desenterrar, rescatar y mostrar esta belleza fundamental y hacerla macroscópica, de forma tal que pueda ser apreciada, compartida, contemplada, por otros humanos”, puntualizó Vasen.

En el concurso podrán participar todos los que tengan un mínimo de curiosidad, artistas e investigadores. Se fomentará la formación de grupos que junten especialistas en lo molecular (como biólogos, químicos y físicos) con artistas (plásticos, diseñadores industriales y gráficos, arquitectos o bailarines, por ejemplo), “aunque también nos gustaría que cada uno se anime a bucear en sí su propio complemento. No es raro encontrar científicos que tengan una faceta artística pendiente”, subrayó Saragüeta.

La idea del concurso nació al recordar una práctica que se hacía hace 20 años en la primera materia de la carrera de biología en Exactas. “Los estudiantes buscaban información sobre las estructuras moleculares y armaban maquetas de acuerdo a lo que su imaginación les proveyera”, explicó Saragüeta. Y agregó: “Hoy en día contamos con muchos más conocimientos, recursos accesibles, variantes moleculares y herramientas. La imaginación, suponemos, se mantuvo constante. La idea es fomentar individualidades y armar grupos de trabajo que encuentren y desarrollen contrarreloj un tema molecular que les interese y lo representen gráficamente”.

Para más información: http://biomolecularte.tk/