Los balances anuales suelen dejarnos sentimientos encontrados, satisfacciones y frustraciones, logros y vacíos. Para Juan Pablo Chacra, el papá de Luciana, éste ha sido quizás uno de los años más intensos de su vida, porque tras una dura y costosa lucha, logró la restitución de su hija de 7 años, retenida ilegalmente por su madre, en Colombia.

Tres meses pasaron desde que Luciana regresó a Argentina junto a su papá y no pocas cosas sucedieron en ese tiempo. La adaptación a Rosario, luego de tres años de ausencia; la vuelta al colegio, después de mucho tiempo sin educación sistemática y el reencuentro con familiares y amigos del barrio, entre otros desafíos importantes que sólo se pueden alcanzar (y ser feliz al mismo tiempo) si hay amor y contención.

“La adaptación de Luciana fue rapidísima. Volvió a su grupo de referencia en el colegio con los mismos compañeritos; empezó sus actividades extra curriculares –natación e inglés– y ahora estamos pensando en la colonia de vacaciones a partir de enero. Mientras tanto, pasamos las fiestas en familia”, cuenta Juan Pablo, en diálogo con Rosario3.com, y dice que “después de tres años de intensa lucha y malabares financieros para viajar en varias oportunidades a Colombia y llevar adelante el reclamo judicial en ese país, ésta es una Navidad soñada, junto a su hija, otra vez”.

“Luciana contó con un apoyo increíble en el colegio y en febrero ya no va a necesitar ninguna nivelación académica para empezar el tercer grado. Está contando de a poquito sus vivencias de estos tres años en Colombia y van quedando atrás todos los tormentos que vivió sin entender qué pasaba”, relata Juan Pablo, con un estado de ánimo muy distinto al de meses atrás, cuando lograr que se cumplan las órdenes judiciales y reencontrarse con su niña, parecía casi imposible.

“Ella habla día por medio con su mamá, está como liberada; mirando para adelante, y siento que recuperamos el mismo vínculo de amor y confianza que teníamos antes de separarnos. Habría sido un golpe muy grande para mí, verla triste o acongojada. Que ella esté feliz, me hace sentir pleno”, dice su papá, emocionado.

Por ahora, no planean viajes a Colombia, dadas las demandas que inició contra Juan Pablo, la madre de la niña, Catalina Navarro, al no poder evitar la restitución que ordenó la Justicia, en favor del reclamo paterno. Pero si ella lo desea, puede venir a Argentina y visitar a Luciana, cuando lo disponga.

El próximo año viene cargado de proyectos y Luciana, que ama los deportes, se debate entre fútbol femenino y hockey. Mientras tanto, tíos, abuelos, primos y amigos se preparan para compartir con ella una Navidad más que feliz.