El aneurisma de aorta abdominal, una enfermedad asociada a la edad, la hipertensión arterial o el tabaquismo, puede tratarse en forma mínimamente invasiva, para lo cual se elabora un consenso médico, según informó el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).
La prevalencia del aneurisma de aorta abdominal (aaa) varía con la edad, sexo y localización geográfica, pero en poblaciones mayores de 65 años es mayor al 4%.
"Si bien es más frecuente en el hombre, son ellas quienes tienen peor pronóstico, con un alto índice de mortalidad por ruptura" del vaso, afirmó Miguel Villegas, uno de los autores del consenso, especialista en Cardiología, Hemodinamia, Angiografía y Cardioangiología Intervencionista.
El "aaa" es una enfermedad degenerativa y progresiva, asociada a factores como la edad, hipertensión arterial, tabaquismo y herencia, que debería ser sospechada en pacientes que presentan enfermedad aterosclerótica.
La aorta es la principal arteria del cuerpo humano y se divide en tres secciones, de las cuales la abdominal es la que comienza en el diafragma y se bifurca para irrigar abdomen, pelvis y piernas.
Cuando se produce una debilidad o dilatación en la pared de la aorta abdominal, se evalúa su gravedad, ya que en algunos casos puede romperse y causar una hemorragia interna.
Con la primera intervención a cargo de Juan Parodi, Julio Palmaz y Héctor Barone en la década del `90, Argentina fue pionera en el uso de técnicas para el tratamiento por vía endovascular, que se fueron perfeccionando y dando lugar a la gestación del "Consenso para el Tratamiento Percutáneo del Aneurisma de Aorta Abdominal".
El consenso indica que el tratamiento mínimamente invasivo (percutáneo) está reservado a casos específicos, y que su elección debe ser efectuada por un equipo multidisciplinario, a fin de obtener los mejores resultados con esta técnica.
Para reparar este aneurisma se puede emplear cirugía convencional que reemplaza el vaso anormal con un injerto de material sintético, o un procedimiento mínimamente invasivo llamado reparación endovascular, con la colocación de una prótesis por dentro de la aorta abdominal que sustituye al segmento dilatado.
Con anestesia local, el procedimiento comienza con una o dos intervenciones pequeñas sobre una arteria de la ingle, desde donde se avanza observando con rayos X por dentro de la luz de la aorta, con un dispositivo de endoprótesis contenido en una vaina que se libera en el sitio de la dilatación como un encamisado, dirigiendo el flujo de sangre dentro de la nueva estructura.
Dos importantes estudios, EVAR-1 y DREAM, mostraron que el uso de la técnica logró una reducción de la mortalidad, de 3,5 veces con respecto a la cirugía convencional, afirmó el CACI.
No obstante, el consenso enfatiza la necesidad de seleccionar los casos en forma adecuada, ya que aunque la cirugía convencional está asociada a intervenciones largas, anestesia general, recuperación y tiempos de internación prolongados en cuidados intensivos, sigue siendo el tratamiento de elección.
Según el consenso, la decisión final en el tipo de tratamiento "debe ser tomada por un grupo de médicos que involucre a todos los especialistas a cargo del paciente: clínico, cardiólogo clínico, anestesiólogo, cirujano vascular, cardioangiólogo intervencionista, neumonólogo, nefrólogo y/o nutricionista".
Fuente: Telam