A casi 15 días del extraordinario fenómeno que significó la caída de 500 milímetros de lluvia en cinco días y la desoladora consecuencia de tres millones doscientas mil hectáreas anegadas, pocas son las soluciones aportadas por el Estado provincial a los productores afectados que perdieron –o están a punto de hacerlo– su cosecha de soja o debieron mudar los animales y el tambo a zonas más elevadas.
Por las características propias del terreno –una planicie con escaso declive a esa altura– los campos aún hoy permanecen inundados y ante la falta de respuesta oficial, los dueños de pequeñas y medianas parcelas amenazan con romper la ruta que opera como contenedor del agua para facilitar el escurrimiento.
“Es muy difícil decirle a los productores que a veces no hay soluciones a mano y este es uno de esos casos”, explicó Sergio Rojas, director general de Proyectos del Ministerio de Asuntos Hídricos de Santa Fe, y aseguró que “no hay mucho que pueda hacerse en este caso, más que esperar a que el agua sea absorbida en forma natural por el terreno”.
Según el funcionario, si finalmente los damnificados rompen la ruta Nº 22 que hasta hoy oficia de compuerta al agua, lo que conseguirán es que los productores aún no afectados, cuyos campos se encuentran aguas abajo, sufran las mismas consecuencias, con lo cual el panorama se complicaría todavía más.
Las reuniones entre los presidentes comunales de las localidades más castigadas y el gobierno son incesantes y continuarán este miércoles en Rosario con representantes de los pueblos ubicados al sur del río Carcarañá.
Por las características propias del terreno –una planicie con escaso declive a esa altura– los campos aún hoy permanecen inundados y ante la falta de respuesta oficial, los dueños de pequeñas y medianas parcelas amenazan con romper la ruta que opera como contenedor del agua para facilitar el escurrimiento.
“Es muy difícil decirle a los productores que a veces no hay soluciones a mano y este es uno de esos casos”, explicó Sergio Rojas, director general de Proyectos del Ministerio de Asuntos Hídricos de Santa Fe, y aseguró que “no hay mucho que pueda hacerse en este caso, más que esperar a que el agua sea absorbida en forma natural por el terreno”.
Según el funcionario, si finalmente los damnificados rompen la ruta Nº 22 que hasta hoy oficia de compuerta al agua, lo que conseguirán es que los productores aún no afectados, cuyos campos se encuentran aguas abajo, sufran las mismas consecuencias, con lo cual el panorama se complicaría todavía más.
Las reuniones entre los presidentes comunales de las localidades más castigadas y el gobierno son incesantes y continuarán este miércoles en Rosario con representantes de los pueblos ubicados al sur del río Carcarañá.


