Máxima Zorreguieta era, hasta hace poco, una representante de la familia real holandesa adorada por su pueblo. ¿Qué dijo la princesa de los Países Bajos para irritar a muchos que hoy la miran con recelo?
En un discurso ante el Consejo Científico de Política Gubernamental (VRR), la argentina negó que exista una identidad única holandesa. "Hace unos siete años comencé a buscar la identidad holandesa (...) Pero no la encontré. (...) Holanda es tan multifacética que es imposible reducirla a un único estereotipo. El holandés no existe", planteó Máxima.
Es la primera vez que, desde que se casó hace cinco años con Guillermo Alejandro de Orange-Nassau, príncipe heredero de la corona holandesa, Máxima está en el centro de un escándalo. La única vez que estuvo su persona en el centro de un debate fue poco antes de su casamiento, cuando la prensa holandesa se enteró de que su padre había sido funcionario de la dictadura. De 36 años, madre de tres hijas, la argentina es conocida sin embargo por salirse del protocolo con su espontaneidad y su simpatía.
Pero sus recientes opiniones sobre la identidad holandesa, uno de los temas más sensibles en un país preocupado por la inmigración musulmana, la dejó mal parada incluso entre los defensores de la monarquía. Algunos críticos la acusaron de no conocer bien a la sociedad holandesa. Otros plantean que ella cree que la identidad se puede manipular. Un diario planteó que el premier Jan Peter Balkenende (que conocía el discurso con anterioridad) no debería haber dejado que Máxima lo diera.