Una pareja cena en un bar de Pichincha al aire libre. Ella se atraganta. Acaba de advertir que una rata –parece un gato– hace equilibrio en un cable del tendido eléctrico. Aparta la mirada hacia la vereda. Mal hecho. Otro roedor hace carrera sobre el cordón y desaparece.
La escena se repite en el centro, en patios de casas, en terrenos baldíos y sobre todo a lo largo de la ribera. Debajo de las calles de Rosario hay ratas que cuando ganan la superficie son un verdadero problema.
Consultada por Rosario3.com, la doctora Analía Chumpitaz, directora del Área de Información en Salud de la Secretaria de Salud municipal, consideró que el panorama en Rosario es similar al de otras grandes ciudades, hábitat ideal donde se hacen de suficiente alimento y encuentran las condiciones adecuadas para su reproducción. Las especies que abundan en la región son Rattus rattus, Rattus noruegicus, Mus musculus, calomis y oligoryzomis (conocido como colilargo).
Gracias a un convenio con la Comisión nacional de Actividades Espaciales (CONAE) se logró establecer que las áreas de la ciudad con mayor abundancia de roedores son las cercanas a las vías de ferrocarril y la Circunvalación y también el puerto, debido a la circulación de vehículos que transportan cereales. Otros lugares muy frecuentados, de acuerdo a lo señalado por Carlos Scaglia y Juan Kruse, dos fumigadores con amplia experiencia, son el centro rosarino y la ribera. “Me llaman para hacer desinfecciones en los comercios del microcentro, las ratas entran a los locales por los acondicionadores de aire. También se las puede ver en las alcantarillas y cerca de donde se acumula comida o basura”, sostuvo uno de los especialistas.
“En la zona donde están los edificios nuevos hay un problemón”, soltó otro de los exterminadores en referencia a las torres elevadas de cara al río, sobre la costa central. La situación en ese lugar de creciente prosperidad en la ciudad, fue ratificada por una arquitecta que vio cómo los roedores habían hecho trizas gran cantidad de materiales de construcción guardados en el depósito de uno de los inmuebles.
Scaglia consideró que el calor es un factor que altera a las ratas. “Como a nosotros nos pone nerviosos la alta temperatura, también perturba a los roedores y es por eso que salen de sus nidos con mayor frecuencia”, manifestó y agregó: “Hay muchas ratas en la ciudad, se alojan en las cañerías donde tienen a sus crías pero también lo hacen en casas abandonadas y en los troncos de los árboles. Es necesario que la gente le preste atención y haga las fumigaciones necesarias”. Otra forma de mantenerlas a raya es colocar rejillas en las viviendas.
Kruse, por su parte, también advirtió sobre la responsabilidad de los ciudadanos. “Donde se forman pequeños basurales, donde hay mugre y la gente tira comida, ahí hay ratas”, sostuvo. Es que estos animalitos se alimentan de los desperdicios y, si pueden, lo hacen de los mismos alimentos que consumen los humanos. “Son como nosotros, les gusta lo dulce y lo salado y como nosotros también buscan alimentos para sus hijos a los que mantienen protegidos bajo tierra”, sumó Carlos.
Peligro. Rata suelta
¿Son peligrosas las ratas para los humanos? Chumpitaz sostuvo en este sentido: “El índice de infectación en la ciudad fue menor que uno, lo que implica que es una situación de riesgo controlable”, dijo en referencia a una evaluación sobre el estado de infectividad de roedores practicado en 2010.
La leptospirosis, hantavirosis y fiebre hemorrágica argentina son enfermedades que pueden transmitir los roedores. Los síntomas son similares y se presentan generalmente luego de un período de incubación de 1 a 2 semanas de contacto con la fuente de infección y son semejantes a una gripe pero sin secreción nasal: fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, enrojecimiento de las conjuntivas, sarpullido, náuseas y vómitos. Es muy importante la consulta precoz para la instauración de tratamiento
Es relevante recordar que existe una vacuna gratuita contra la fiebre hemorragica argentina indicada a partir de los 15 años y que puede ser colocada en cualquier efector de salud provincial.
Recomendaciones
Para las personas que concurren frecuentemente a la isla, kayakistas, acampantes, turistas, navegantes, pescadores deportivos, es necesario:
No colocar carpas o bolsas de dormir en suelos donde se observen heces, madrigueras, basura o pilas de madera.
No dormir directamente sobre la tierra.
Guardar la comida en recipientes bien cerrados.
Quemar o enterrar toda la basura y restos de comida.
Utilizar agua embotellada, hervida o clorada para beber, cocinar y lavar la vajilla.
Es importante no introducir en la boca pasto o palitos recogidos del suelo.
Los pobladores de casas rodeadas de parque, terrenos baldíos, casas en las islas o en zona rural deben:
Mantener desmalezadas sus casas en un radio de 30 metros.
Tapar los orificios del hogar por donde puedan ingresar los roedores.
Ventilar y desinfectar los ambientes con agua y lavandina.
No dejar restos de comida al alcance de los roedores. Guardarlos preferentemente en recipientes de vidrio o metal.
Colocar la basura en recipientes cerrados y no acumular artículos que sirvan de madriguera para los roedores.
En caso de encontrar roedores o indicios de su presencia, como excrementos, sendas y huellas, roeduras en alimentos y materiales, se deberán tomar las siguientes precauciones:
Ventilar el recinto, abrir puertas y ventanas por lo menos durante 30 minutos y salir del área mientras se espera el recambio de aire.
Cubrir nariz y boca y utilizar botas y guantes de goma o plástico. Se deberán rociar las habitaciones transitadas por los roedores con cloro y agua.
(En caso de no contar con botas, envolver el calzado con bolsas de nylon y usar un pañuelo como barbijo)
En caso de encontrar un roedor muerto rociarlo con abundante cloro y agua, introducirlo en doble bolsa y enterrarla a unos 50 centímetros de profundidad o quemarlo.
Luego de haber removido el material, baldear el piso con agua. Para evitar que las partículas queden suspendidas en el ambiente, no barrer antes de baldear.


