Pedro Robledo
El 9º Encuentro Nacional de Músicos Populares tuvo lugar anoche en el Teatro La Comedia y contó con la participación especial de Raúl Barboza. Además, desplegaron su repertorio distintos artistas nacionales que lograron una noche mágica, cargada de melodías.
Barboza fue el artista central de la noche. Un artista íntegro, cuya imagen presenta un rostro de rasgos aborígenes que remiten a sus ancestros guaraníes y sus decires en escena suenan a sabiduría oriental. Se presentó acompañado por el guitarrista Nardo González, con quien toca sin partitura, en diálogo permanente, anticipando que nunca tocarán igual aunque sean las mismas canciones de siempre. Es su manera, su forma.
Barboza comenzó tocando "El aparecido", cuyo nombre se debe a que la melodía le fue "apareciendo" en un descanso durante una grabación.
Cada canción tiene su historia adherida. Como es el caso de "San Luis Gonzaga", chamamé propio dedicado a esa ciudad de Río Grande do Soul, donde conoció a Luis Carlos Borges, acordeonista brasileño que fue el primer riograndense en tocar música del litoral.
Interpretando "Alma guaraní", recordó su paso por el conjunto de Damasio Esquivel, con quien tocó cuando tenía 14 años. También repasó "La calandria" y "Pájaro choguí".
Siempre que Raúl Barboza pisa un escenario de la ciudad, recuerda su amistad y su admiración por el Cholo Montironi. Se conocieron en París, donde vive actualmente, en ocasión de una larga residencia del Cholo en Francia, donde pasaron varios meses juntos. "Me siento orgulloso de haber sido su amigo y feliz de haberlo conocido", manifestó antes de despedirse con dos temas más.
El músico trajo el mismo repertorio que muestra en sus presentaciones en Francia, Alemania, Austria ó China, transitando con sus músicos un mismo camino, confluyendo en un mismo destino de altísima calidad musical.
Desfile de propuestas folklóricas de distintas regiones
El guitarrista entrerriano Ernesto Méndez fue el artista de apertura de la segunda jornada del evento que reúne músicos de todo el país. Lo hizo con obras propias y clásicos del chamamé como "Tita" y "Alma guaraní", de Isaco Abitbol y Damasio Esquivel respectivamente.
Luego fue el turno del quenista sueco Lars Nilsson quien luego de un prolongado tiempo alejado de los escenarios reflotó temas del repertorio de Markama, el grupo mendocino del que fue parte fundamental. "Cuequita de los coyas", "La bolivianita" y "El flautero", entre otros, fueron parte de esa rica historia.
Inmediatamente, sin intervalos, subió a escena el Cuarteto Vocal Karé, una agrupación que homenajeó al Chango Farías Gómez interpretando "El pintao" y "El huajchito" al estilo de los Huanca Huá. El grupo vocal surgido en Rosario y dirigido por Diego Petrelli, fue uno de los puntos más altos de la noche. "El chulengo", "Debajo de la morera", "La olvidada", "Canción del jangadero" y "El cosechero" fueron notablemente arreglados y versionados.
Por primera vez en Rosario, se presentó la cantante y bandoneonista Susana Ratcliff, nacida en Buenos Aires y radicada en Paraná desde niña. La artista mostró algunas obras propias como "Allí viene la solapa" y "Romance entre dos orillas" y mostró ritmos rioplatenses. Entre sus preciados antecedentes, se cuentan sus participaciones como artista invitada de Chavela Vargas y Liliana Felipe.
El 9º Encuentro Nacional de Músicos Populares tuvo lugar anoche en el Teatro La Comedia y contó con la participación especial de Raúl Barboza. Además, desplegaron su repertorio distintos artistas nacionales que lograron una noche mágica, cargada de melodías.
Barboza fue el artista central de la noche. Un artista íntegro, cuya imagen presenta un rostro de rasgos aborígenes que remiten a sus ancestros guaraníes y sus decires en escena suenan a sabiduría oriental. Se presentó acompañado por el guitarrista Nardo González, con quien toca sin partitura, en diálogo permanente, anticipando que nunca tocarán igual aunque sean las mismas canciones de siempre. Es su manera, su forma.
Barboza comenzó tocando "El aparecido", cuyo nombre se debe a que la melodía le fue "apareciendo" en un descanso durante una grabación.
Cada canción tiene su historia adherida. Como es el caso de "San Luis Gonzaga", chamamé propio dedicado a esa ciudad de Río Grande do Soul, donde conoció a Luis Carlos Borges, acordeonista brasileño que fue el primer riograndense en tocar música del litoral.
Interpretando "Alma guaraní", recordó su paso por el conjunto de Damasio Esquivel, con quien tocó cuando tenía 14 años. También repasó "La calandria" y "Pájaro choguí".
Siempre que Raúl Barboza pisa un escenario de la ciudad, recuerda su amistad y su admiración por el Cholo Montironi. Se conocieron en París, donde vive actualmente, en ocasión de una larga residencia del Cholo en Francia, donde pasaron varios meses juntos. "Me siento orgulloso de haber sido su amigo y feliz de haberlo conocido", manifestó antes de despedirse con dos temas más.
El músico trajo el mismo repertorio que muestra en sus presentaciones en Francia, Alemania, Austria ó China, transitando con sus músicos un mismo camino, confluyendo en un mismo destino de altísima calidad musical.
Desfile de propuestas folklóricas de distintas regiones
El guitarrista entrerriano Ernesto Méndez fue el artista de apertura de la segunda jornada del evento que reúne músicos de todo el país. Lo hizo con obras propias y clásicos del chamamé como "Tita" y "Alma guaraní", de Isaco Abitbol y Damasio Esquivel respectivamente.
Luego fue el turno del quenista sueco Lars Nilsson quien luego de un prolongado tiempo alejado de los escenarios reflotó temas del repertorio de Markama, el grupo mendocino del que fue parte fundamental. "Cuequita de los coyas", "La bolivianita" y "El flautero", entre otros, fueron parte de esa rica historia.
Inmediatamente, sin intervalos, subió a escena el Cuarteto Vocal Karé, una agrupación que homenajeó al Chango Farías Gómez interpretando "El pintao" y "El huajchito" al estilo de los Huanca Huá. El grupo vocal surgido en Rosario y dirigido por Diego Petrelli, fue uno de los puntos más altos de la noche. "El chulengo", "Debajo de la morera", "La olvidada", "Canción del jangadero" y "El cosechero" fueron notablemente arreglados y versionados.
Por primera vez en Rosario, se presentó la cantante y bandoneonista Susana Ratcliff, nacida en Buenos Aires y radicada en Paraná desde niña. La artista mostró algunas obras propias como "Allí viene la solapa" y "Romance entre dos orillas" y mostró ritmos rioplatenses. Entre sus preciados antecedentes, se cuentan sus participaciones como artista invitada de Chavela Vargas y Liliana Felipe.