Un laboratorio de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata recibió el primer premio del concurso “Inclusión Digital 2009”, que impulsa el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación.

Los profesionales del Laboratorio de Investigaciones en Nuevas Tecnologías Informáticas (LINTI) fueron distinguidos por el éxito del proyecto “E-basura: reciclando con fines sociales”, una iniciativa de extensión que busca reducir la contaminación generada por los residuos informáticos y al mismo tiempo posibilitar el acceso a las nuevas tecnologías a los sectores menos favorecidos.

Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), comúnmente denominados E-desechos o Basura electrónica, incluyen a todos los artefactos eléctricos y electrónicos que al finalizar su vida útil pasan a ser residuos. Sin embargo, muchos de estos productos –o al menos sus partes- se pueden reutilizar, restaurar o reciclar. Los profesionales y alumnos de la UNLP se encargan precisamente de fomentar la reutilización del equipamiento con fines sociales.

Según explicó la licenciada Claudia Banchoff, una de las responsables del proyecto premiado, “algunos de los componentes informáticos mal tratados pueden convertirse en potencialmente contaminantes y tóxicos; este es un tema preocupante y que está siendo analizado en proyectos de ley para ser incorporado a la legislación, ya que la Argentina carece de normativa específica sobre los RAEE”.

Para reducir el impacto ambiental, la facultad de Informática de esa universidad dispuso de un espacio de almacenamiento para los equipos en desuso de la propia Facultad y los recibidos a través de donaciones. Allí docentes y alumnos que se desempeñan en el LINTI evalúan las condiciones en que llegan y si es posible repararlos para su reutilización; esto incluye el rearmado de nuevas computadoras y posterior instalación de software libre.

Una vez realizada esta clasificación, todos aquellos componentes inservibles son enviados para su disposición final a la empresa Scrap&Rezagos, una de las únicas dos instituciones que poseen la certificación adecuada para el reciclado y desecho de e-residuos en Argentina.

Uno de los puntos salientes del proyecto radica en que las computadoras recicladas en la Facultad son luego donadas a instituciones barriales de la región. De esta manera, la donación de equipamiento informático es reacondicionado y puesto en condiciones operativas, para luego ser entregado a sectores desfavorecidos en forma gratuita.

“Queremos contribuir a la reducción de la brecha digital y social, atendiendo a las cuestiones del medio ambiente y reduciendo los niveles de basura electrónica y una disposición segura de los elementos contaminantes o tóxicos”, concluyó Banchoff.
Según las estimaciones de organizaciones ambientalistas, en Argentina se producen 80 mil toneladas de e-basura por año; sin embargo, casi el 70 por ciento de estos materiales pueden ser reciclados o recuperados.

Entre los principales componentes tóxicos presentes en este tipo de deshechos se encuentran:

1. Plomo en tubos de rayo catódico y soldadura
2. Arsénico en tubos de rayo catódico más antiguos
3. Trióxido de antimonio como retardante de fuego
4. Retardantes de flama polibromados en las cubiertas, cables y tableros de circuitos
5. Selenio en los tableros de circuitos como rectificador de suministro de energía
6. Cadmio en tableros de circuitos y semiconductores
7. Cromo en el acero como anticorrosivo
8. Cobalto en el acero para estructura y magnetividad
9. Mercurio en interruptores y cubiertas

Fuente: UNLP