Un especialista en telecomunicaciones advirtió que la falta de antenas de celulares hace que las existentes trabajen a máxima potencia, lo que provoca una radiación que supera el límite establecido y como consecuencia altera el ADN. "Con más antemas habría menos radiación porque bajaría la potencia, pero esto implica una inversión importante por parte de las telefónicas", explicó a Radio 2 Ariel Garbarz, ingeniero en telecomunicaciones que trabaja además como docente en la UBA.  Paradójicamente, los vecinos que viven en las cercanías de las antenas suelen reclamar que haya menos estaciones de telecomunicaciones, pero según el especialista así no se resuelve el problema.

"Aunque se han duplicado las antenas para prestar servicio, ya tenemos 30 millones de teléfonos celulares en el país y para poder abastecer el servicio se necesita todavía mayor cantidad de antenas", sostuvo el experto, consultado por Luis Novaresio en el programa 10 puntos.  "El problema es que las compañias ponen la cantidad mínima de estaciones bases, lo que no sólo implica que cuando todos se quieren comunicar no pueden sino que además obliga a los transmisores a trabajar a toda potencia", señaló. De esta manera, "no se cumplen con el límite de radiación establecido ni tampoco con la ley de control ambiental".

El experto aclaró que, dada la situación, "las antenas que hay tienen que cubrir radio mayor" y aseguró que "ya está demostrado que, al superar ese nivel de radiación, se generan alteraciones entre otras cosas en el ADN, que es preocupante". Según explicó, "por factores endogenos y exogenos de la vida cotidiana el ADN sufre daños en su estructura que el propio metabolismo se encarga de restituir, pero la radiación de los celulares impide la recuperación". Como consecuencia, "se producen malformaciones en los tejidos, la más preocupante es el cáncer. Hay casos documentados de melanoma, uno de los cánceres más peligrosos de piel, y de leucemia que es cáncer de sangre, aunque en este segundo caso todavía los estudios no concluyeron".

Dónde y cómo llevar el celular para limitar los riesgos

En su página web, la Organización Mundial de la Salud plantea ciertas recomendaciones a los usuarios de celulares para limitar el riesgo de la radación. Esas sugerencias fueron, además, por la Defensoría del Pueblo de la Nación.

"Hay que tratar de no usar más de diez minutos el celular puesto en la oreja", señaló Garbarz, quien aclaró que a la hora de volver a hacer una llamada "hay que descansar por lo menos otros diez minutos para que el tejido del oído recupere la temperatura normal".

El experto sostuvo que "siempre es mejor usar la modalidad de manos libres que ofrecen muchos celulares, proque entonces el celular no está en contacto con la oreja". Lo ideal es que el teléfono esté al menos a 20 centímetros de distancia del cerebro y del sistema de oídos.

Otra precaución que muchos no consideran: "No hay que dormir con el celular encendido cerca de la cabeza", advirtió. Un problema para quienes usan el teléfono como despertador. Y otra advertencia importante: "No hay que usarlo cuando hay señal débil, como adentro de un edificio o de un ascensor, porque los celulares empiezan a transmitir a la máxima potencia para compensar la señal debil y la persona se pone en riesgo porque la densidad de la radiación aumenta notablemente".