El ministro de Interior de España, Juan Ignacio Zoido, consideró este domingo que el referéndum independentista que por estas horas se realizaba en Cataluña es "una auténtica simulación", al señalar que la Guardia Civil actuó "cumpliendo las ordenes de un juez" al reprimir a votantes con el resultado –cerca del cierre de la compulsa– con de más de 300 heridos.

"Estamos viviendo una situación de absoluta ilegalidad y un auténtico simulacro", consideró en relación a la consulta popular convocada por el Gobierno autonómico de Cataluña y que en los días previos Madrid intentó neutralizar.

Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tildó de "cobarde" al jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, a quien acusó de enviar "miles de policías para pegarle a ciudadanos inocentes", por lo que pidió que renuncie a su mandato.

"Lamento muchísimo que España tenga este presidente cobarde que se esconde primero detrás de jueces y fiscales, y ahora detrás de policías", consideró la alcaldesa, una de las principales figuras de Podemos, tercera fuerza política española, ya pasado el mediodía en una Cataluña que vivió las primeras horas en clima de máxima tensión.

Zoido evaluó que la continuidad de la consulta "está llevando a una situación de alguna conflictividad, en la puerta de algunos colegios", situación que consideró "muy lamentable" y por la que volvió a pedir que "que aquellos que han promovido y dado lugar a esta situación, depongan su actitud".

Manifestación en las calles. (EFE)

 

En este sentido, defendió a rajatabla la actuación de las fuerzas de seguridad, principalmente de la Guardia Civil, que inicialmente intervino los sistemas informáticos de la votación, confiscó el material que iba a ser usado en la elección y hoy reprimió a los votantes que se congregaron para defender la consulta.

La Policía Nacional y la Guardia Civil se desplegaron en comandos numerosos a partir de la apertura de las mesas de votación. Lo hicieron ante "la pasividad" de los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica catalana, según denunció el delegado del gobierno español, Enric Milló. Los Mossos se limitaron a presentarse a las 6 de la mañana en los centros electorales, llenos a esa hora de gente, y se quedaron a vigilar a la distancia.

Al respecto, el ministro del Interior evaluó como "lógica" la actuación policial y aseguró que "la Guardia Civil está cumpliendo el deber de salvaguardar los derechos y libertades de todos cumpliendo las órdenes de un juez".

A primera hora de este domingo se generó una controversia sobre la actuación de los Mossos D'esquadra, la policía catalana, cuando medios españoles difundieron declaraciones de fuentes del Ministerio Público español en el que cuestionaban a la fuerza de seguridad regional.

Según esas fuentes, los Mossos habrían actuado como "una policía política, desobedeciendo y traicionando la confianza que jueces y fiscales habían depositado en ellos hasta el último momento ante el convencimiento de que actuarían de acuerdo con las órdenes recibidas".

No obstante, Zoido aseguró que la actuación de las fuerzas nacionales se debió a que las autoridades de la policía regional "han pedido el auxilio hace tiempo para que les podamos ayudar a intervenir 233 colegios".

Cerca del cierre de la compulsa, al menos 337 personas resultaron "heridas o contusionadas" en altercados entre ciudadanos y fuerzas del orden ante centros de votación, según las autoridades catalanas. Por su parte, el Ministerio español del Interior indicó que nueve policías y dos guardias civiles también resultaron heridos de carácter leve.

Colau siguió los operativos policiales contra el referéndum independentista y reclamó en un mensaje a la red Twitter que cesen las cargas policiales que comenzaron a primera hora de hoy contra votantes y autoridades de mesa.

"Estamos viendo imágenes que no tienen nada que ver con una acción proporcionada, por lo que estoy triste, pero al mismo tiempo estoy convencida y confiada por la respuesta ejemplar de la ciudadanía" señaló Colau en declaraciones a Cadena 3.

Escenas de enfrentamientos se vivieron también en Sant Julià de Ramis, en la provincia de Girona, donde estaba registrado para votar el presidente regional y líder del separatismo, Carles Puigdemont.

Inesperadamente, mientras la Guardia Civil, entraba al edificio, Puigdemont publicó una foto en la que se lo veía votando en otro colegio, en Cornellà de Terri. Pudo hacerlo porque su gobierno adaptó a último momento las reglas de la elección: anunció a las 8 de la mañana que los ciudadanos podían concurrir a votar en cualquier colegio, con solo presentar el DNI y previa constatación informática de que no registró el sufragio en otro lado.