Las autoridades de Tailandia crearán de un refugio para los cientos de elefantes callejeros que deambulan por las calles de sus principales ciudades como reclamo turístico y para pedir limosna, informó hoy la prensa local.

Regularmente, estos paquidermos mueren o resultan heridos graves en Bangkok y en otras urbes al ser embestidos accidentalmente por vehículos en la carretera, quedar atrapados en socavones o recibir descargas eléctricas de cables caídos.

El Ministerio de Medio Ambiente indicó que el refugio estará en la provincia de Surin, en el noreste del país, donde inicialmente se acomodarán en una extensión de 960 hectáreas cerca de un centenar de elefantes rescatados tras ser requisados a sus propietarios o cuidadores por explotar a la bestia sin escrúpulos.

Según estimaciones oficiales, en Tailandia hay unos 2.000 elefantes salvajes y cerca de otros 3.000 que están domesticados, aunque su población desciende cada año.

Mattana Srikrachang, experto en elefantes del ministerio, señaló que para evitar que los paquidermos deambulen por las calles las autoridades necesitan actualizar el registro de sus dueños y su lugar de origen.

Las autoridades de Bangkok anunciaron este año que colocarán microchips a los elefantes para controlar la cabaña y confían que, para 2010, todos hayan sido trasladados a zonas rurales o a refugios.

El gobernador de Bangkok, Sukhumbhand Paribatra, se comprometió a adquirir cada animal explotado por un precio que oscila entre los 300.000 y 1.000.000 de bat (8.799-29.330 dólares o 16.701-20.877 euros).

La organización no gubernamental Traffic calcula que cerca de un millar de ejemplares abandonan las zonas rurales entre octubre y mayo, la temporada alta, para ser traslados por sus dueños o cuidadores a las ciudades, de los que unos 200 van a Bangkok.

El episodio de los elefantes como reclamo turístico empezó cuando hace cuatro décadas la Autoridad Turística de Tailandia llevó unos elefantes a Bangkok y al medio rural llegaron las noticias de que era un negocio.

Esa tendencia aumentó a partir de 1989, cuando el Gobierno prohibió casi completamente la tala de árboles, lo que dejó desempleados a miles de ellos.

Fuente: EFE