Un hombre rescata a un gato, que tenía destino de almuerzo, de una contorsionada boa constrictor. El reptil tenía rodeado con el cuerpo al felino, que no paraba de maullar.

Fueron los gemidos del michino los que alertaron a un caminante que hacía un paseo por la selva de Costa Rica.

El héroe anónimo no dudó, en primer lugar, en agarrar con sus propias manos la cabeza de la boa -de uno dos metros de longitud- para intentar despegarla de una de las patas traseras del gato.

Después de varios segundos de lucha, el reptil dejó de morder al felino. A partir de ahí, desenrollar a la serpiente del pobre felino fue relativamente sencillo.

Andrés González, que filmó todo la escena con su celular, explicó al Daily Mail que el gato consiguió sobrevivir gracias a que esta especie de reptil no es venenosa.