Ante la presencia de más de un centenar de simpatizantes, Román Riquelme salió al campo de juego cerca de las 9.30 y allí nomás recibió la primera ovación de la mañana en su primera y exigente práctica en Boca. El afecto de los hinchas se hizo sentir cada vez que el ídolo pasaba frente a la tribuna del predio de Casa Amarilla, mientras trotaba, y hasta saludó a un grupo de turistas españoles que paseaban por el club y que le acercaron una camiseta del Barcelona para que la firmara.

Sin embargo, se quedaron con las ganas de ver en acción la magia de Román con la pelota. Porque el entrenamiento fue estrictamente físico, bajo las órdenes del preparador alterno, Roberto Luzzi, de acuerdo a un programa especial que le dejó encomendado el profesor Guillermo Cinquetti, que viajó a Bolivia.

Román practicó al mismo ritmo que sus compañeros, aquellos que no viajaron a Bolivia, donde el equipo que conduce Miguel Angel Russo disputará mañana, en la altura de La Paz, su primer partido correspondiente al Grupo 7 de la Copa Libertadores 2007, ante el Bolívar.

Del entrenamiento participaron –además de Román– Pablo Migliore, Jesús Dátolo, Matías Cahais, Leonardo Díaz, Andrés Franzoia, Marcos Mondaini, Juan Krupoviesa (se recupera de una operación en su rodilla izquierda) y los juveniles Chávez, Forlín, Fondacaro y el arquero Carlos Morel.

Luego del entrenamiento, y cuando el resto de los jugadores ya se retiraban del predio, el ex jugador del Villarreal de España se dirigió hacia el gimnasio, donde continuó con su acondicionamiento físico durante más de una hora.

"Estuve hablando con Dátolo de muchas cosas. Él estaba un poco enojado porque no tuvimos contacto con la pelota, pero mañana seguramente podremos", comentó, muy distendido, ante la gran cantidad de periodistas que concurrió para verlo practicar.

Y así concluyó la primera jornada de entrenamientos de Riquelme en su vuelta a Boca… La cuenta regresiva para su retorno a La Bombonera ya está en marcha. ¿Será este fin de semana contra Central?