La aceptable gira por Norteamérica y la llegada de Ortega habían renovado la esperanza en el hincha de River, agobiado por flojísimos resultados en los últimos certámenes nacionales e internacionales. Pero tras la primera fecha del Apertura, el panorama es tan o más oscuro que entonces: ahora, una de sus figuras se quiere ir y trascendió que el técnico podría renunciar. Todo mal.

Banfield golpeó al Millo en la fecha 1 del torneo doméstico así como Lanús lo había hecho entre semana por la Sudamericana, y esa segunda caída al hilo desató el vendaval. Diego Buonanotte tiró la bronca por haber ido al banco tras un buen trabajo ante el Granate (la última de varias actitudes que no le gustaron al zurdo) y le pidió a su representante, que ya está en Europa, que lo venda al primer postor.

Pero no se quedan allí los males de este River: en los pasillos del Monumental circuló con fuerza el rumor de que Gorosito podría renunciar si efectivamente se queda sin Buonanotte, Augusto Fernández y Mateo Musacchio. Por Augusto se está definiendo el pase a Saint Etienne de Francia, mientras que Musacchio está en Italia tramitando el pasaporte comunitario. Si lo consigue, se mudará al Villarreal español.

Está visto que la nueva temporada no pinta de la mejor manera para los muchachos de Pipo ni para el mismo Pipo. Encima, el último refuerzos que pidió (Darío Cvitanich) se quedaría en Ajax de Holanda al menos por una temporada más. Con todos estos sucesos, de aquella esperanza inicial sólo quedan los restos.