Rusia anunció que asignará 500 millones de rublos (casi 12 millones de euros) al desarrollo de naves espaciales propulsadas por energía nuclear con las que aspira a conquistar Marte.

El presidente de la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos), Anatoli Permínov, anunció que este año comenzarán las investigaciones para el diseño del nuevo módulo espacial, proyecto en el que también participa la Agencia Atómica (Rosatom).

Permínov mantiene que esas naves serán imprescindibles para los vuelos de larga duración a planetas como Marte, una de las prioridades del programa espacial ruso.

El proyecto maestro estará terminado para 2012, tras lo que se requerirá una inversión de 17.000 millones de rublos (400 millones de euros) durante los próximos nueve años para la construcción del propulsor y del aparato.

El científico Anatoli Korotéev, director del Centro Keldish, que se encargará de la realización del proyecto, pronosticó que las obras de construcción de la nave comenzarán en torno a 2018.

Korotéev recordó que la utilización de energía nuclear para impulsar cohetes espaciales fue abordada por científicos soviéticos en la década de los años 60 del pasado siglo.

De hecho, añadió que la URSS llegó a construir algunos satélites de espionaje con motores nucleares de poca potencia para localizar submarinos.

Al anunciar el proyecto en octubre de 2009, Permínov matizó que los reactores serán mucho más potentes que los que propulsaban los satélites soviéticos, que sólo tenían autonomía por un año.

Expertos rusos en cosmonáutica mantienen que la exploración de Marte y la instalación de una base permanente en la Luna no será posible para la industria espacial rusa hasta que ésta desarrolle un nuevo sistema de propulsión y de suministro eficiente de energía.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, respalda el proyecto y ha instado al primer ministro Vladímir Putin a "encontrar los fondos" para financiarlo.

Desde el momento en que Estados Unidos jubile al último transbordador espacial, lo que está previsto para este año, las naves rusas Soyuz serán las únicas en las que se podrá viajar a la Estación Espacial Internacional.

En principio, la NASA tiene previsto concluir el desarrollo de su nueva nave espacial para finales de la próximo década.