Ingerir productos de sabores ácidos o agrios favorece los comportamientos arriesgados y atrevidos, según una investigación de la Universidad de Sussex en el Reino Unido.

A esa conclusión se llegó luego de trabajar con una muestra de 70 británicos y 71 vietnamitas, tomando en consideración los factores diferenciadores como los culturales, según publicó la revista Science Reports y replicó 20 Minutos.

Cada voluntario tuvo que ingerir una bebida de uno de los cinco sabores básicos: ácido, dulce, salado, amargo o umami (denominado “sabor de la grasa”), y luego debieron inflar un globo virtual a través de un sistema informático. El que más lo inflara sin que estallara, recibiría una mayor recompensa.

El comportamiento arriesgado se definió en base al número de clics que hizo cada participante para inflar la esfera, puesto que el peligro de explosión era mayor a medida que su diámetro crecía. Los resultados demostraron que aquellos que probaron un sabor ácido acabaron pulsando el mouse un mayor número de veces, 40, con respecto a los demás, que se quedaron en un promedio menor, entre 20 y 30.

El hallazgo es una primera aproximación a que los sabores ácidos o agrios pueden inducir a una conducta más atrevida en las personas, si bien los científicos todavía deben descifrar cuál es el mecanismo del cerebro por el cual eso sucede. No obstante, ya existían algunas indagaciones previas que ligaban la osadía con la ingesta de comidas picantes.

La asunción de riesgos es una conducta primitiva que ha ayudado a la supervivencia de la humanidad a lo largo de la historia, y ofrece sensaciones de emoción y autorrealización a los individuos, por lo que una modulación de la dieta podría ayudar en las tareas diarias de mucha gente, según el estudio.

Los especialistas creen que adoptar una alimentación más rica en cítricos, por ejemplo, fomentaría conductas más atrevidas como salir de casa con mayor frecuencia o hablar con extraños.