Un estudio detalla medidas para disminuir el sodio de la dieta. Una cucharadita al día es, según los expertos, la cantidad de sal que se debería consumir. Sin embargo, entre platos precocinados, sabrosos aditivos y ese “toque” final, la mayoría supera con creces la recomendación.


El abuso de este condimento -por su contenido en sodio- se asocia con un incremento en los casos de hipertensión, uno de los principales factores de riesgo para desarrollar una enfermedad cardiovascular.


Por eso, son muchas las voces que no se cansan de recordar la importancia que tiene controlar su consumo. Los últimos en hacerlo son un equipo de investigadores de la Universidad de Calgary (Canadá), quienes han recopilado una serie de estrategias efectivas para reducir el consumo de sodio:


Una regulación de la industria alimentaria: Gran parte de la sal que se consume proviene de productos procesados que no siempre parecen salados. Un compromiso de la industria para reducir el uso de sodio en sus procesos de elaboración ayudaría a reducir significativamente el consumo.


Etiquetado correcto: En la misma línea que la recomendación anterior, un sistema de etiquetado que permita conocer de forma rápida y clara cuánta sal contiene el producto facilita al consumidor su control de la cantidad de sal que ingiere al día y le ayuda a distinguir los productos cuyo consumo debería restringir.


Educación: Según explican los investigadores, una adecuada concientización de la población sobre la importancia de poner menos sal en las comidas puede ser muy efectiva. Como ejemplo, citan la experiencia de Finlandia, donde un tercio de los ciudadanos conoce los riesgos asociados a tomar más de 2.400 mg de sodio al día. (Las recomendaciones de la OMS recomiendan no superar los 2.000 mg).


Sustitución de la sal: Cambiar este condimento por otros aditivos que también dan sabor y realzan algunas comidas, como ajo, hierbas aromáticas, etc. también puede ayudar a reducir el consumo de sal.


Campañas: El esfuerzo de organizaciones no gubernamentales y otras entidades sociales para lanzar mensajes a la población sobre los riesgos de consumir sodio en exceso pueden ser muy efectivas.


Ayuda médica:Los profesionales sanitarios deben alertar al paciente de los problemas asociados al abuso de la sal y aconsejarle sobre cómo reducir su consumo. "Es necesario incorporar estrategias para frenar el consumo de sodio como parte de la prevención cardiovascular", comentan los autores de este trabajo.


"Reducir el sodio de la dieta es una prioridad en salud pública y demanda acciones efectivas tanto por parte de los gobiernos como por parte de otras instituciones", insisten los investigadores.


Fuente: El País