Al menos 157 personas han muerto en los sucesos ocurridos en Guinea a raíz de la violenta represión policial de una concentración opositora llevada a cabo el lunes en Conakry contra la junta militar golpista que gobierna el país, actos que este martes han merecido la condena de la comunidad internacional.

La comunidad internacional se unió a la condena de la represión de la Policía a la manifestación de los opositores, que tuvo lugar en el estadio "28 de Septiembre" de Conakry, principal escenario de la matanza realizada por las fuerzas de seguridad.

De los cadáveres, al menos 87 fueron recogidos en el "28 de Septiembre" y sus alrededores, donde se concentraron decenas de miles de opositores hasta que las fuerzas de seguridad comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas y a disparar sobre los manifestantes.

El resto de fallecidos resultaron muertos debido a la actuación de la Policía y la Guardia Nacional en las calles de Conakry.

Cientos de personas también resultaron heridas, entre los que se encuentran dos ex ministros y líderes de la oposición, Cellou Dalein Diallo y Sidya Touré, cuyas casas fueron saqueadas por militares y que estuvieron varias horas detenidos.

En una entrevista a la radio privada senegalesa RFM difundida, el líder de la junta militar guineana, el capitán Musa Dadis Camara, declinó su responsabilidad en los hechos y culpó del derramamiento de sangre a los líderes opositores.

El militar golpista apuntó como responsable al ex primer ministro Sidya Touré, del que dijo que no hizo caso de la prohibición de manifestarse dictada por el Ministerio del Interior.

Según el Encuentro Africano para la Defensa de los Derechos Humanos (RADDHO), con sede en Dakar, la crisis política de Guinea se ha originado por la voluntad de la junta militar de imponer la candidatura de Camara en las elecciones del próximo enero, con lo que incumpliría el compromiso de devolver el poder a los civiles.

La oposición asegura que no aceptará "de ninguna manera" la candidatura de Camara y duda de la capacidad de la junta militar para organizar unos comicios limpios y transparentes.

La Unión Africana (UA), que suspendió a Guinea después del golpe de estado en el que los militares tomaron el poder el 23 de diciembre pasado, ha condenado los hechos, que ha calificado de "grave violación de los derechos humanos", y ha anunciado que considerará la eventual imposición de sanciones al país.

La Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), condenó hoy la violencia policial, exigió la puesta en libertad de los detenidos y reclamó una investigación internacional.

El Gobierno de Senegal condenó estos "actos odiosos que ponen en peligro la paz, la seguridad y la transición en Guinea" y pidió "calma" a la junta militar.

Francia, antigua potencia colonial en Guinea, condenó la represión "sangrienta y salvaje" y las "violaciones de los Derechos Humanos", al tiempo que anunciaba la inmediata suspensión de la cooperación militar.

A petición francesa, la Unión Europea se reunirá mañana en Bruselas para estudiar medidas complementarias, especialmente individuales, que podrían tomarse rápidamente

En la ONU, el secretario general, Ban Ki-moon, se mostró "conmocionado" por la pérdida de vidas humanas y criticó el "excesivo uso de la fuerza" contra los manifestantes en Guinea.

El Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana, condenó en un comunicado el uso de la fuerza en Conakry y pidió a las autoridades "moderación", para "asegurar una transición pacífica y democrática".

La Comisión Europea (CE) pidió "diálogo" en Guinea y señaló que el país sólo podrá encontrar el camino hacia la paz, la democracia y el desarrollo con una elecciones "consensuadas" y sin participación de miembros de la junta golpista.

Fuente: EFE