La complicación denominada pie diabético es una de las más frecuentes entre quienes padecen diabetes, una enfermedad caracterizada por el incremento de la glucosa en sangre, debido sobre todo a la baja producción de insulina por parte del organismo, así como también a su uso inadecuado.

Se calcula que el 20 por ciento de los diabéticos presentan esta complicación que puede llevarlos a una amputación en primera instancia, aunque también a la muerte.

Para saber más sobre esta patología, el profesor doctor Adolfo Valentín Zavala, presidente de la Fundación Escuela para la formación y actualización en Diabetes y Nutrición (FUEDIN) señaló que "la diabetes es una enfermedad cada vez más frecuente. Si a eso le sumamos que muchas veces quienes la tienen no lo saben, o bien lo saben pero no se cuidan lo suficiente como para evitar complicaciones, tomaremos una dimensión sobre lo que representa. En el caso del pie diabético sabemos que entre el 15 y 20 por ciento de los diabéticos conviven con esta complicación que provoca un millón de amputaciones por año a nivel mundial, pero que además puede llevar a la muerte".

"El principal problema -continuó el especialista, también coordinador del Consultorio privado de Cuidado y Atención del Pie Diabético- es que el pie diabético es ´la cenicienta de la diabetes´. Esto quiere decir que cuando existe un problema en el riñón o en el corazón los pacientes consultan, pero cuando la molestia se genera por una úlcera en el pie, la cuestión se retrasa".

Entre los factores que contribuyen al desarrollo de una úlcera, sobre todo porque favorecen el "asentamiento" de microbios y bacterias, se cuentan los juanetes, el pie plano, los dedos en garra o martillo, los callos y los hongos.

"Cuando se trata del pie diabético, nos enfrentamos a dos grandes enemigos. Por un lado, el hecho de que los pacientes no se ven nada fuera de lo normal. Inclusive les suele parecer habitual o no peligroso tener un hongo o un callo. Por otro lado, efectivamente, cualquier persona puede tener esos problemas sin que éstos representen una complicación mayor. De hecho, en los casos en que no hay diabetes, un callo o una cortadura no genera mayores problemas. Es así como suelen pasar los días, las semanas y los meses sin que se genere una consulta", agregó el docto Zavala.

Ocurre que cuando las bacterias y los microbios "se posan" en los pies, comienza una cadena de varios pasos. "Al asentamiento le siguen la contaminación, la colonización y la infección, que provocan la falta de circulación en la zona, que a su vez termina provocando la amputación y en los peores casos, la muerte", completó el especialista.

Es por eso que, por un lado, los especialistas hacen hincapié en la importancia de que los pacientes se controlen al menos una vez al año las salud de los pies -en caso de que no existan factores que predispongan las úlceras- y una vez cada 3 meses cuando éstos sí están presentes. También suele remarcarse la necesidad de educar a los especialistas.

Fuente: Pro Salud News