El movimiento huelguístico en el sector público de Francia escaló un nuevo peldaño este martes, cuando se cumple una semana de su comienzo en el transporte, al paralizar sus tareas los empleados estatales.

Este martes no hay subtes, correo, colegios ni diarios, ya que gran parte de los alrededor de cinco millones de empleados de los servicios públicos comenzaron un paro para exigir mejores salarios y menos recortes de personal, y otros gremios también detuvieron su actividad.

La protesta estaba prevista desde hacía mucho tiempo y coincide en forma casual con la huelga de los transportes cuyo motivo es la reducción de los beneficios en las jubilaciones y que cumple ya una semana.

La coincidencia fue posible después de que las asambleas generales de los trabajadores del transporte decidieron anoche prolongar el paro un día más.

Tanto en la Sociedad Nacional de Ferrocarril (SNCF), como en la Red de Transportes de París (RATP) se esperaba otra jornada caótica porque si bien el paro tiene cada vez menor adhesión, los trabajadores que lo secundan son los que mayor capacidad tienen para paralizar el servicio.

La agencia Europa Press informó que se calcula que 10% de los huelguistas pueden bloquear el ciento por ciento de los trenes si, por ejemplo, ese porcentaje corresponde a los conductores.

El lunes, la huelga tuvo una adhesión de 26,2% en los trenes, frente a 32,2% del pasado viernes, según la dirección de la compañía estatal.

Hasta el momento, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, no ha aparecido en público para pronunciarse sobre las protestas.

Esta mañana se formaron nuevos y largos atascos en todo el país: circuló alrededor de uno de cada dos trenes de largo alcance, mientras numerosas líneas de subte no estaban operativas, mientras se aguardaba la marcha de protesta convocada para el mediodía.

La ola de huelgas llegó a las universidades, que también se quejan de la ya aprobada reforma.

Los diarios no llegaron este martes a los quioscos debido a una huelga de las imprentas y muchos tuvieron que publicar sus ediciones en internet de forma gratuita.

Alrededor de la mitad de los franceses apoya, según las últimas encuestas, las protestas del servicio público, pero la mayoría no considera justa la huelga de transportistas.