La atleta australiana Jana Rawlinson, campeona mundial de 400 metros vallas en París 2003 y Osaka 2007, ha decidido quitarse los implantes mamarios con el propósito de aumentar sus posibilidades de obtener en Londres 2012 una medalla olímpica que falta en su historial.

"Me gusta mucho tener los pechos más grandes, pero he madurado lo suficiente para conocerme a mí misma, para ser sincera acerca de quién soy cuando me miro al espejo y todavía me siento sexy sin mis pechos", comentó la atleta a la revista australiana Woman's Day.

Rawlinson, de 26 años, se sometió a una operación de implantes mamarios en julio del 2008 pero en septiembre pasado volvió al quirófano para quitárselos, y asegura que no los echa de menos. "Vuelvo a estar tan plana como una torta", comentó con humor.

La vallista piensa que por ser más sexy no va a ganar más medallas en las pistas. "Quiero sentirme lo más atleta posible para saber que en Londres estaré en mi mejor forma posible. En este punto de mi vida no necesito ser glamurosa y, al fin y al cabo, siempre podré volver a operarme los pechos cuando me retire. No hay medallas por ser bella".

La operación de aumento de pechos le permitió pasar de la talla 75 a la 90. "Siempre había estado descontenta con mi apariencia. Cuando me miraba al espejo veía brazos musculosos, hombros anchos y largas y fuertes piernas, que son armas muy útiles para correr mucho, pero no me hacían sentirme mujer", recuerda.

"Hay un par de chicas en el atletismo que no voy a nombrar", añadió, "que son campeonas olímpicas pero que parecen hombres y yo no quiero ser como ellas. Eso es lo que me llevó a operarme la primera vez".

Rawlinson confiesa que siempre ha envidiado "a las chicas que son por naturaleza chiquitas, con figura de reloj de arena. Yo, la única vez que me he sentido mujer fue cuando estuve embarazada. (Con el aumento de pecho) me sentí como una persona diferente, suave y femenina, estaba enamorada de mis pechos".