Las crisis alargan la vida. Aunque suene de lo más raro, científicos canadienses aseguran que está demostrado: la tasa de mortalidad se reduce cuando la economía se contrae. Señalan que la falta de trabajo en períodos de debacle económica deriva en una reducción del estrés y el tabaquismo.

Según un análisis publicado en el Canadian Medical Association Journal, en los países desarrollados la sanidad apenas mejora cuando vive un periodo de expansión económica. En cambio, en países en vías de desarrollo el crecimiento económico siempre es bienvenido en el campo sanitario debido a la precariedad de su sistema.

Si bien siempre se vincula al dinero con un mejor sistema de salud, esto no implica necesariamente que la población esté más sana. Según los expertos, cuando un país sobrepasa de 5.000 a 10.000 dólares de renta per cápita, la sanidad apenas experimenta una mejora a pesar del crecimiento económico.

Quienes no tienen trabajo tienen menos estrés, esto implica menos consumo de alcohol y menos comer en forma compulsiva. Hay más tiempo de ocio con familiares y amigos y reduce el estrés.

Algunos países como Alemania, Francia o Suecia no experimentan un cambio tan significativo en el índice de mortalidad durante periodos de recesión económica, debido a que gozan de un sistema de seguridad social muy sólido y efectivo.