Por segundo día consecutivo una empleada del hospital Centenario se mantiene encadenada a la puerta del efector en reclamo de su pertenencia a la planta permanente, categoría que el Ministerio de Salud le sacó luego de varios meses de reconocerle ese derecho.
María Rosa Lucero ingresó, con 51 años cumplidos, como enfermera contratada al hospital Centenario hace cuatro años y desde el comienzo de 2007 pasó junto con otros empleados, a la planta permanente de ese nosocomio. A partir de entonces cobró como personal estable del hospital hasta que por una resolución del Ministerio de Salud de la provincia la retiraron de la planta permanente con el argumento de que de acuerdo a una ley provincial, ella sobrepasaba el límite de edad establecido.
“La norma legal dice que el tope de es de 50 años y meses y no es demasiado precisa –explica la delegada de ATE en el hospital, Estela Giraldez, a Rosario3.com– pero de todas maneras, si la titularizaron como integrante de la planta permanente, ahora no pueden volverse atrás diciéndole que hubo un error”.
Además, según afirma la representante del gremio, junto con María Rosa Lucero, ingresaron otros empleados de la misma edad y hasta mayores, destinados a la ya superpoblada área de Servicios Generales (mantenimiento) y a ninguno de ellos se le revocó la titularidad como sí hicieron con la enfermera.
“En realidad se trata de una decisión política procedente del Ministerio de Salud y no de la administración del hospital que siempre actuó bien con ella", destaca Giradles, e identificó a los otros empleados que se ven favorecidos a pesar de su edad, por su pertenencia al sector gremial de UPCN. "Si el exceso de edad es causal para no tomar a unos, también debe ser válida para los otros”, aseveró la delegada.
El gremio remarca la buena predisposición mostrada por Lucero cada vez que el hospital requirió de sus servicios, ya que trabajó turnos dobles y triples en un sector –el de Enfermería– donde habitualmente falta personal.
Este jueves se presentó en el hospital del Centenario el director del Área VIII de Salud Provincial, Miguel Rabbia, quien ofreció a Lucero un contrato por seis meses, que ella rechazó. En cambio, la enfermera exigió al Estado la restitución de la titularidad que arbitrariamente le quitaron.
María Rosa Lucero ingresó, con 51 años cumplidos, como enfermera contratada al hospital Centenario hace cuatro años y desde el comienzo de 2007 pasó junto con otros empleados, a la planta permanente de ese nosocomio. A partir de entonces cobró como personal estable del hospital hasta que por una resolución del Ministerio de Salud de la provincia la retiraron de la planta permanente con el argumento de que de acuerdo a una ley provincial, ella sobrepasaba el límite de edad establecido.
“La norma legal dice que el tope de es de 50 años y meses y no es demasiado precisa –explica la delegada de ATE en el hospital, Estela Giraldez, a Rosario3.com– pero de todas maneras, si la titularizaron como integrante de la planta permanente, ahora no pueden volverse atrás diciéndole que hubo un error”.
Además, según afirma la representante del gremio, junto con María Rosa Lucero, ingresaron otros empleados de la misma edad y hasta mayores, destinados a la ya superpoblada área de Servicios Generales (mantenimiento) y a ninguno de ellos se le revocó la titularidad como sí hicieron con la enfermera.
“En realidad se trata de una decisión política procedente del Ministerio de Salud y no de la administración del hospital que siempre actuó bien con ella", destaca Giradles, e identificó a los otros empleados que se ven favorecidos a pesar de su edad, por su pertenencia al sector gremial de UPCN. "Si el exceso de edad es causal para no tomar a unos, también debe ser válida para los otros”, aseveró la delegada.
El gremio remarca la buena predisposición mostrada por Lucero cada vez que el hospital requirió de sus servicios, ya que trabajó turnos dobles y triples en un sector –el de Enfermería– donde habitualmente falta personal.
Este jueves se presentó en el hospital del Centenario el director del Área VIII de Salud Provincial, Miguel Rabbia, quien ofreció a Lucero un contrato por seis meses, que ella rechazó. En cambio, la enfermera exigió al Estado la restitución de la titularidad que arbitrariamente le quitaron.